Todo apuntaba a que ayer sería otro día tranquilo en el pueblo de Serdio, una pedanía perteneciente al municipio de Val de San Vicente, al oeste de Cantabria, donde apenas 200 vecinos conviven en unidad en sus rutinas, mostrando en todo su esplendor la dinámica de la vida rural que en tantas ocasiones se malinterpreta en las grandes ciudades.

Toda esa calma y esa paz que aportan las grandes praderas y montes del norte, se puede desvanecer de la nada por un mínimo detalle, una simple circunstancia que provoque un choque de intereses mínimo que caiga como una mínima gota de agua en un barreño; que con una mínima precipitación, genere una onda enorme que trastoque absolutamente todo. Eso fue lo que ocurrió el pasado miércoles en Serdio. Un puente (la gota) y un vecindario unido (el barreño).

Ante el inminente derribo de esa pasarela, los habitantes de la localidad decidieron mostrar su rechazo de manera vehemente ante la impasibilidad de la Guardia Civil, que observaba impotente cómo un “dumper” arrollaba sus vehículos en el tímido intento de poner paz en ese auténtico clima de hostilidad.

En Serdio (Cantabria), la admon. ha decidido tirar un puente y no sustituirlo por otro. Los vecinos se han negado a dejar incomunicadas varias vaquerías. Cuando desde los despachos le tocas los huevos al mundo rural, esto es lo que ocurre. Todo mi apoyo a los paisanos de Serdio. pic.twitter.com/eZzonAG6PN

— Señor de Leonís (@TristanLeonis) July 7, 2021

El origen del conflicto se traslada a hace varias décadas, cuando los habitantes y dueños de las fincas por las que cruza el puente, concedieron de manera gratuita el terreno para la construcción de un nexo que hiciera posible el tránsito de la vía del tren y, de esta manera, se comunicara con el resto de zonas de la comarca.

Olaya es vecina de Serdio, y esta mañana ha pasado por los micrófonos de Mediodía COPE. Contaba que la intención primera y principal de ADIF, es “derribar el puente porque está en malas condiciones”; algo que los vecinos del pueblo no verían con malos ojos, dado el estado del mismo; siempre y cuando, eso sí, se incluya la obligación de colocar una pasarela nueva que comunique ambas zonas.

La cuestión principal en estos momentos es que este enlace, “sirve para comunicar varias ganaderías con el resto del pueblo”, y además “es un camino más corto para llegar a San Vicente de la Barquera”, ya que al eliminar ese puente, “habría que realizar un rodeo mucho más largo”.

Queda claro que, según el testimonio de la propia Olaya, el viaducto es de “mucho uso”, y ese es precisamente el punto por el que hay una gran comunión entre todos: “los vecinos estamos muy unidos, porque no podemos permitir que se derribe ese puente sin que se sustituya”.