Ha sido uno de los percances más duros de la temporada. El pasado domingo 15 de septiembre Javier Cortés caía herido en Las Ventas en la Corrida Concurso de Ganaderías. Un toro del Marqués de Albaserrada le propinaba un pitonazo en el ojo derecho.

Se presintió la gravedad por la zona afectada. Los peores presagios se confirmaban esa misma noche. El pitón del toro había hecho estallar el globo ocular derecho. Justo el ojo que había sufrido en 2016 un desprendimiento de retina y que conservaba un 40% de visión.

Desde entonces, una intervención quirúrgica en el Hospital Gregorio Marañón que le reconstruyó el globo ocular de forma satisfactoria y un seguimiento de la lesión en el Instituto Oftamológico de Madrid. El último parte médico hablaba ya de el ojo derecho de Javier Cortés “carece de visión”.

Su apoderado, Manuel Campuzano, pasaba esta semana por El Albero y explicaba que el torero “sigue todavía asistiendo dos o tres días por semana al Instituto Oftamológico. La tensión del ojo, que es lo que más le preocupaban a los médicos porque le daba bastantes dolores de cabeza, ha bajado un poco. Hay que esperar todavía porque el derrame no se ha diluído del todo y le tienen que operar a finales de octubre”.

Sobre el estado anímico del torero madrileño, Campuzano relataba que “está tranquilo porque tiene la experiencia de cuando tuvo el desprendimiento de retina. Pero tiene días con fuertes dolores de cabeza y eso le hace que se le quiten las ganas de todo y lo lleva fatal”.

“Le hacemos llegar todos los mensajes de aliento que nos hacen llegar tanto los aficionados como mucha gente”

Lo que su mentor tiene claro es que Javier volverá a vestirse de luces en el futuro: “En el hospital quería pegar muletazos al viento y no hay día que no pregunte a los médicos cuando podrá volver a torear en el campo. Él está ya deseando entrenar, pero tiene que tener paciencia y esperar a que todo vaya mejorando”.

Sin embargo, prudencia es la palabra que más se repite desde el entorno del diestro. “Se va a ir marcando según vaya la evolución. Lo que más preocupaba era la tensión del ojo, pero ya está controlando y así será más fácil la recuperación. Después de la operación tendrán que reconstruirle la lentilla que tenía por el desprendimiento y ya se irán evaluando los plazos”, concluyó Manuel Campuzano.