La Universidad española juega un papel esencial en la lucha contra enfermedades a través de la investigación. Sus profesionales en muchos casos están a la vanguardia en estudios y publicaciones realizadas para la comunidad científica. El mérito es que alcanzan un nivel de competitividad muy elevado con una financiación inferior al de los países de su entorno.

La institución académica lamenta cada cierto tiempo que la clase política considere la investigación como un gasto y no como una inversión. En un estudio reciente realizado por la revista 'Nature', España aparece como uno de los países europeos en los que, en todas sus regiones, la inversión por habitante en investigación es baja o media-baja. Paradójicamente, desde la Universidad aseguran que el 60% de la investigación científica de nuestro país sale de las facultades, pese al cual se están perdiendo científicos.

En este contexto, el mérito es doble. Pero como decimos, el papel que desempeñan nuestras universidades en el campo de la investigación es decisiva. Por ejemplo en la Universidad de Navarra, que desde hace medio siglo se ha convertido en uno de los centros pioneros en la lucha contra el cáncer.

El equipo que forma el departamento de Oncología tiene claro que es una batalla que deben dar. A día de hoy, cuentan con ensayos clínicos pioneros, técnicas novedosas y fármacos eficaces que están dando un vuelco en la manera de tratar la enfermedad.

En la actualidad, la Universidad de Navarra contribuye en los estudios que se están realizando para convertir el cáncer en una enfermedad crónica, al igual que patologías como la diabetes o la hipertensión arterial. Uno de los integrantes es el doctor Eduardo Castañón, que en 'Imparables' ha afirmado que “la meta de los oncólogos es lograr que el paciente conviva con el cáncer, acompañado de un tratamiento en determinados periodos, pero que no sea una causa de muerte”.

Prevenir el Alzheimer, una tarea viable

La Universidad Complutense y la Politécnica de Madrid lideran una investigación que define una nueva estrategia para la prevención del Alzheimer. Uno de los integrantes de este equipo es el investigador de neurociencia cognitiva y profesor de la Complutense, Fernando Maestú, que ha explicado en 'Imparables' que han desarrollado una técnica que permite detectar en individuos la existencia de una alteración neuronal en fases muy iniciales de la enfermedad, que predice si una persona es susceptible de sufrir esta patología en el futuro: “Son personas en las que se observa un deterioro cognitivo leve, con ligeros problemas de memoria, que requieren de una intervención específica para retrasar la enfermedad”.

El testimonio lleno de vida de un enfermo terminal

Durante tres lustros Ángel, que ronda los ochenta años, ha sido voluntario en la unidad de cuidados paliativos, donde ha acompañado a los enfermos en el final de esta vida: “Comprobé que yo no era quien daba el cariño a los enfermos, sino ellos a mí”.

A día de hoy, es Ángel quien vive la situación contraria. Los cánceres que le detectaron no tienen tratamiento curativo, por lo que a nivel médico está desahuciado. Es consciente de que su momento se acerca, pero asegura estar en paz consigo mismo, aguardando con tranquilidad: “No tengo miedo. Tampoco estoy pensando cuándo me voy a morir. Vivo el día a día y pensando mucho en los demás”.

El impagable trabajo de Jorge con los niños que padecen cáncer infantil

Jorge tuvo que enfrentarse con tan solo cinco años a un cáncer. Hoy, con 23 y ya completamente recuperado, trabaja como voluntario en la Fundación Ronald Mcdonald con niños que padecen cáncer infantil.

Empecemos por el principio. Jorge y su familia viven en Ibiza. En el año 2001, el pequeño de la casa comenzó a sufrir molestias en el tabique derecho de la nariz. Fue su abuela quien dio la voz de alarma a sus padres, que se trasladaron junto a su hijo a Barcelona para realizar las pruebas pertinentes. Los resultados dieron positivo. Dos días después fue operado del tumor: “Era un tipo de cáncer muy raro. El oftalmólogo que nos atendió fue franco y nos recomendó que acudiésemos a la Clínica Mayo de Minnesota (EEUU). Nos trasladamos al otro lado del océano sin viaje de vuelta”.

Sin tiempo para asumirlo, el pequeño de la casa se vio envuelto en una grave enfermedad, cuyo tratamiento tendría que llevarse a cabo a miles de kilómetros. En esos momentos tremendos para Jorge y los suyos, una luz se encendió en la primera cita con los doctores del hospital norteamericano: la Fundación Ronald Mcdonald.

Una organización nacida en 1974 en Filadelfia, que ofrece un hogar a las familias que tienen que desplazarse forzosamente durante el tratamiento de la enfermedad de su hijo: “La fundación nació a raíz de que a la hija de tres años de un futbolista americano le detectaran leucemia. El jugador pudo comprobar cómo muchas familias no tenían poder adquisitivo para pagarse un hotel durante el tratamiento, por lo que impulsó, con la ayuda de algunos doctores, la creación de una fundación dotada de viviendas cercanas a los centros pediátricos para dar cobijo a estas familias durante el trance”.