El Wisla Cracovia se ha proclamado campeón de la Copa polaca este jueves, al derrotar en la prórroga por 2-1 al Pogon Szczecin.

Se dan dos circunstancias para que la victoria sea noticiable: primero, se trata de un equipo que juega en la Segunda División de Polonia. A falta de cuatro jornadas para la conclusión del campeonato liguero, el Wisla es quinto clasificado y tiene muy difícil meterse en las dos plazas de ascenso directo, pero sí depende de sí mismo para acceder a los playoff.

El triunfo, además, le hace acreedor de una plaza en la Conference Legue de la próxima temporada, además de poder disputar la Supercopa de Polonia.

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La segunda circunstancia es que es un equipo plagado de españoles. Su entrenador es el catalán de 36 años Albert Rudé. Kiko Ramírez, también español, es el director deportivo de un club que cuenta con varios jugadores nacidos en España: Álvaro Ratón, Eneko Satrústegui, David Juncà, Marc Carbó, Joan Román, Jesús Alfaro, Miki Villar, Ángel Baena y Ángel Rodado.

Precisamente, los goles en la final fueron obra de dos españoles: el primero, de Satrústegui, en el tiempo añadido, que servía para poner el empate a uno y forzar la prórroga; y el segundo, de Ángel Rodado.

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El Wisla, un histórico del fútbol polaco

Fundado en 1906, es uno de los equipos más importantes del fútbol polaco, y juega en Cracovia, la segunda ciudad más importante del país.

Ha disputado varias ediciones de la Liga de Campeones, de la Europa League y también llegó a jugar la extinta Recopa de Europa.

Ha ganado un total de 13 Ligas (la última, en 2011), 5 Copas y una Supercopa.