El lehendakari, Urkullu, y el presidente de Galicia, Núñez Feijóo, han decidido adelantar unos meses sus respectivas elecciones autonómicas. ¿Por qué lo han hecho? Lo primero, porque pueden, porque así se lo reconoce sus estatutos. Lo segundo, porque les da la gana y es aquí donde conviene deterne un poco el análisis. ¿Por qué les interesa adelantar unos meses las elecciones? Ambos dicen aquello de apostar por la estabilidad lo antes posible, lo que sería bueno para sus comunidades autónomas. Pero, sobre todo en el caso del lehendakari, más que eso tiene que ver su deseo de adelantarse a lo que pueda pasar en Cataluña, donde todo parece indicar que en torno a septiembre u octubre (cuando estaban previstos los comicios en País Vasco y Galicia) veremos unas elecciones catalanas. Aquello lo enturbia todo y por eso quiere apartarse el lehendakari.

En el caso de Feijóo se le añade el hecho de que ahora en apenas diez días tendrán que conseguir, si lo consiguen, la coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos. El presidente gallego no es precisamente un entusiasta de este pacto, así que a lo mejor por eso le viene bien el adelanto.

En cualquier caso, tanto Urkullu como Feijóo son favoritos en sus respectivos territorios y lo son después de haber llevado una política moderada. A lo mejor alguno de los dos lados, de los dos bandos, se da por aludido.

Adelanto acompasado

De este modo, vascos y gallegos votarán a la vez por cuarta elección consecutiva, tras haber coincidido en 2009, 2012 y 2016, aunque Núñez Feijóo ha insistido en que la decisión la ha tomado "pensando en lo que es mejor para Galicia".

Ha admitido que ha hablado con el lehendakari sobre la fecha electoral, si bien ha rechazado que haya hecho seguidismo de su decisión y también ha afirmado que en su postura de adelantar los comicios no ha influido la situación catalana, con una convocatoria también este año por determinar.