Capellanes en la zona cero del coronavirus: "Nosotros no nos vamos, Dios está aquí"

Pese a las dificultades, los capellanes no cesan en su tarea de acompañamiento al enfermo

Tiempo de lectura: 3’

«Dios está muy presente en estos pasillos. Dios está en este hospital. Dios está en todo el cariño y en toda la dedicación del personal que trabaja aquí. Dios está con todos estos enfermos. Dios siempre ha estado, está y estará», dice uno de los capellanes que estos días están de guardia en los hospitales de Madrid, la zona de España más afectada por el coronavirus.

A este sacerdote no le paraliza el temor al contagio, solo le duele no poder llevar a Cristo más allá de las habitaciones cerradas estos días. «Los capellanes solo tenemos miedo de ser demasiado cercanos: tenemos que intentar sujetarnos un poco y que nos lleve la pasión por llevar al Señor a los enfermos. Tenemos que atender todos los casos y llamadas que nos hagan, pero al mismo tiempo debemos ser muy prudentes. Si nosotros empezamos con cuarentenas, ¿quién se va a ocupar de esta gente? Nosotros no tenemos miedo, pero sí respeto. ¡Somos humanos! Lo que tenemos claro es que tenemos que hacer lo que tenemos que hacer, y lo vamos a seguir haciendo».

El servicio de capellanía se ha visto muy afectado estos días por las restricciones a la entrada de voluntarios en todos los hospitales de la Comunidad de Madrid. En muchas ocasiones son ellos los que entran en las habitaciones y al hablar con los enfermos les ofrecen la posibilidad de los sacramentos de la Confesión, la Unción y la Eucaristía. Pero con las nuevas medidas de prevención esto ya no es así, y «la gente se está olvidando del servicio religioso, es una pena», lamenta, pues calcula que el servicio habitual que ofrecen ha disminuido en un 40 %. Por eso insiste en que «todos deben saber que los capellanes seguimos ofreciendo nuestro servicio en los hospitales, y que cualquiera, sea o no católico, puede llamarnos».

En cualquier caso, cuando consiguen atender a algún afectado por el coronavirus, «seguimos todas las instrucciones de protección que han pedido las autoridades de la Comunidad de Madrid y la dirección del hospital a todo el personal».

Concretamente, a los pacientes afectados se acercan con todo el kit de aislamiento y de protección «para ofrecerles los sacramentos que nos piden”, además de «una palabra de consuelo, de sanación y de esperanza». En estos pacientes «yo no percibo miedo, sino preocupación. Más miedo suele tener la familia, porque tienen que esperar resultados que a veces tardan un tiempo». El otro grupo de referencia estos días es el del personal médico y de enfermería: «Esta mañana he estado más tiempo hablando con las enfermeras que con los enfermos que he visto. Les he dicho: “Ánimo, esto va a pasar, sois muy buenos profesionales. Dios está con vosotras, chicas. ¡Adelante!”».

Soluciones imaginativas para la Eucaristía y la Unción

La situación en otro de los hospitales de Madrid que pulsa también Alfa y Omega es también tensa. «Este virus es muy pequeñajo pero está dando mucha lata», así rebaja un poco la tensión uno de los capellanes, cuyo equipo está trabajando en soluciones creativas que permitan acceder a estos pacientes a los sacramentos con las debidas precauciones.

Comenta asimismo que los capellanes de su hospital «llevamos más de 200 años dando servicio 24 horas al día y lo vamos a seguir haciendo». Solo lamenta que la restricción al acceso de voluntarios ha ocasionado una disminución considerable de la pastoral, «porque son ellos los que habitualmente nos ponen en contacto con los enfermos. De 30 comuniones diarias hemos pasado a 6 o 7, y hay mucha gente que ni siquiera sabe que nos puede contactar».

¿Se puede dar la Comunión y atender pastoralmente en estas condiciones? «En tiempos excepcionales, soluciones excepcionales», responde el capellán. «Si seguimos el protocolo que nos han marcado al personal del hospital, no tiene por qué pasar nada». Otra cosa es el manejo del miedo a un posible contagio: «Hay alguno de nosotros que está más asustado, pero sin nos morimos, tampoco va a pasar nada grave», dice otra vez con humor.

Para Gerardo Dueñas, Subdelegado diocesano de Pastoral de la Salud, «los capellanes estamos trabajando con normalidad en los hospitales, asumiendo la normativa de la Comunidad de Madrid, como parte del personal del hospital, en plena colaboración con las autoridades», y pone en valor la labor de médicos, enfermeros y otros profesionales que están al pie del cañón: «están doblando turnos, renunciando a días libres y a sus vacaciones, están dando lo mejor de sí mismos, y eso que aún no hemos llegado al punto máximo en esta crisis».

Religión