La CEE abrirá una nueva etapa con la elección de su nuevo presidente tras el mandato del cardenal Blázquez

La Asamblea Plenaria renovará este martes todos sus cargos, excepto la del secretario general y la del vicesecretario para asuntos económicos

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Esta semana la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española renovará todos sus cargos, excepto la del secretario general y  del vicesecretario para asuntos económicos (se eligen cada cinco años), y en la que entrará en vigor los nuevos estatutos elaborado por el episcopado. Una de las más importantes es que los cargos elegidos tendrán un mandato de cuatro años, y no tres como hasta ahora. Los cargos que se eligen en la asamblea serán los de Presidente; Vicepresidente; Comisión Ejecutiva; Comisión Permanente; presidentes de las 10 Comisiones Episcopales y de las subcomisiones; Consejo de Economía y Junta de Asuntos Jurídicos.

Un total de 87 electores, compuesto por cuatro cardenales, doce arzobispos, 48 obispos, 18 obispos auxiliares y cinco administraciones (el administrador apostólico de Ciudad Rodrigo y los administradores diocesanos de Astorga, Coria-Cáceres, Ibiza y Zamora) quienes, de manera secreta, elegirán estos nuevos cargos.

La CEE tendrá nuevo presidente

Una de las principales incógnitas de la asamblea es quién será el relevo del cardenal Ricardo Blázquez al frente de la presidencia de la institución episcopal. El también arzobispo de Valladolid ha ostentado el cargo durante dos mandatos (2014-2020), por lo que no puede optar a un tercero. Su relevo se convertirá en el noveno presidente de la Conferencia Episcopal desde su creación en 1966.

Durante los últimos seis años, el cardenal Blázquez ha sido el encargado de coordinar la CEE y representar públicamente al episcopado. Volvió a la presidencia en 2014, después de ocuparla anteriormente entre 2005 y 2008. Entre Blázquez y el cardenal Antonio María Rouco Varela han sumado algo más de veinte años de liderazgo en la Conferencia Episcopal, desde 1999 y hasta 2020.

A lo largo de estos dos mandatos, el cardenal ha llevado a gala el talante que le define como persona: cordial, dialogante y muy dado a tener puentes. Logró ganarse el respeto de los obispos españoles cuando fue designado en 1995 obispo de Bilbao. Una diócesis que le tocó guiar en los años más complicados en el País Vasco, en el momento álgido de la banda terrorista ETA. Con la llegada de Don Ricardo a la diócesis vasca, se inició un cambio en la manera de afrontar el problema desde la Iglesia del País Vasco.

Los retos del próximo presidente

El próximo cabeza visible de la institución tendrá que acometer las negociaciones con el Gobierno de España, tal vez en un clima poco favorable, si tenemos en cuenta las declaraciones de intenciones del Ejecutivo de coalición PSOE y Unidas Podemosque proyectan un marcado carácter laicista.

Reivindicar el valor de la vida frente a la cultura de la muerte que representa medidas como la futura legalización de la eutanasia; garantizar la libertad religiosa y el derecho de los padres para elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos, la fiscalidad de la Iglesia o ahondar en la conversión misionera de religiosos y laicos, son algunos de los retos a los que deberá hacer frente el próximo presidente de la CEE junto al resto de cargos elegidos en la Asamblea Plenaria que arranca este lunes. 

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