El mensaje de la CEE y Cáritas para la Jornada Mundial de los Pobres

El mensaje de la CEE y Cáritas para la JMP es una llamada a descubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables. 

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El mensaje de la Conferencia Episcopal (CEE) y Cáritas para la Jornada Mundial de los Pobres va en la línea del que ha enviado el Papa Francisco. La CEE y Cáritas invitan a descubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables para sumarse al del Sumo Pontífice para el próximo domingo 18 de noviembre. 

El lema bajo el que se convoca esta II Jornada –"Este pobre gritó y el Señor lo escuchó"— procede del Salmo 34. Son unas palabras que, como señala Francisco en su mensaje para la jornada, “se vuelven también las nuestras a partir del momento en que somos llamados a encontrar las diversas situaciones de sufrimiento y marginación en las que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con el término general de 'pobres'”.

Tres palabras claves: "Gritar, Responder y Liberar"

La CEE y Cáritas también han destacado tres palabras clave del mensaje del Papa para ayudarnos a preparar la vivencia de esta jornada. La primera de ellas es "Gritar", en tanto que un clamor del que sufre y que necesita de nuestro silencio para acogerle y escucharle. A continuación, ambas entidades llaman a "Responder". La razón es que Dios responde e interviene en la historia de la Humanidad curando heridas, restituyendo la justicia e impulsando a vivir la vida con dignidad; y nos invita a nosotros, su Iglesia, Pueblo de Dios, a responder de la misma forma, con ternura y misericordia. Por último, cuando ambos organismos sitúan "Liberar" como tercera palabra clave se refiere a una libertad orientada a salvar, acoger, proteger, acompañar e integrar a las personas que más sufren.

Los objetivos de la Jornada

La Conferencia Episcopal y Cáritas recuerdan que uno de los objetivos prioritarios de la celebración es redescubrir el valor de estar junto a las personas más pobres y vulnerables de nuestras comunidades, a través de la oración comunitaria y la comida del domingo, el banquete de la Eucaristía, como expresión de la mesa compartida en familia.

Se subraya también la invitación a seguir el ejemplo de la primera comunidad cristiana que perseveraba en las enseñanzas de Jesús, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones, aprendiendo a vivir unidos y compartiendo los bienes que repartían entre ellos para que ninguno pasara necesidad (Hch 2, 42. 44-45).

Junto a ello, resaltan la importancia de una crítica que ha emitido el propio Francisco. “A menudo me temo que tantas iniciativas, aunque de suyo meritorias y necesarias, estén dirigidas más a complacernos a nosotros mismos que a acoger el clamor del pobre”, lamenta el Papa. Igualmente, denuncia cómo “se está tan atrapado en una cultura que obliga a mirarse al espejo y a cuidarse en exceso, que se piensa que un gesto de altruismo bastaría para quedar satisfechos, sin tener que comprometerse directamente”.

Por eso, el Romano Pontífice, ha recordado y aclarado su esperanza con esta Jornada Mundial de los Pobres: "ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío”.

La Iglesia, comprometida con los retos de la pobreza

La Iglesia quiere poner en valor que la lucha contra la pobreza es una de las prioridades en su misión evangelizadora. Además, eso se traduce también en estrategias y acciones pastorales que se concretan en la labor de miles de comunidades parroquiales, las diócesis y las distintas instituciones socio-caritativas, como es el caso de Cáritas.

De acuerdo a los datos aportados en la última Memoria de actividades de la Conferencia Episcopal, más de 4.7 millones de personas en situación de precariedad social recibieron atención y acompañamiento en alguno de los 9.110 centros sociales y asistenciales de la Iglesia en toda España.

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