Así intercede la Iglesia en las duras protestas de los jóvenes en Irak

En Irak se han registrado una serie de manifestaciones masivas en protesta por la corrupción que han dejado más de cien muertos

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Desde hace una semana se registran en Irak una serie de masivas manifestaciones espontáneas cuya represión ha dejado más de cien muertos y unos seis mil heridos en las calles de Bagdad y de otras ciudades del sur. Como ya ocurrió en las lejanas “Primaveras Árabes”, los manifestantes, en su mayoría jóvenes desocupados y no responden a la llamada de ningún partido político: las movilizaciones tienen su origen en las redes sociales en protesta contra la corrupción, la falta de trabajo y la degradación de los servicios públicos. 

Según los datos aflorados estos días, la corrupción en la última década ha “transferido” a los bolsillos de diversos administradores públicos más de 360.000 millones de euros, cuatro veces más que todo el presupuesto de un año.

Ante esta situación el Patriarca caldeo, cardenal Luis Sako, ha mostrado gran preocupación y profundo dolor por las numerosas víctimas. El Patriarca insiste en la importancia del principio de ciudadanía (esencial para que se respeten los derechos de los cristianos) y en la necesidad de luchar contra la corrupción, un elemento que contradice los valores de todas las religiones y que es la razón de los fracasos de todas las reformas emprendidas.

También insiste en la necesidad de fortalecer la obra de reconstrucción tras la guerra con el Estado Islámico y en el retorno de los exiliados, un asunto que afecta especialmente a los cristianos del norte del país.

La Iglesia de Irak hace un llamamiento a los jóvenes que ocupan las calles para que protesten de manera pacífica y eviten ser instrumentalizados o politizados, y a los responsables del gobierno les pide evitar la represión y presentar soluciones sabias para resolver esta complicada situación, cuando más necesaria es la unidad de todos los componentes de la nación para lograr su reconstrucción.

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