El Cardenal que admira a sus fieles por vivir el cristianismo sin miedo en Pakistán

El Cardenal Joseph Coutts cuenta a AIN cómo sigue siendo difícil y tenso ser cristiano en este país, a pesar de que cuentan con protección del gobierno

Redacción religión

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Pakistán es un país donde resulta difícil ser cristiano y, más aún, vivir la fe, según el informe de libertad religiosa de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN). Aun así, que los 2 millones de fieles de una población de alrededor de 200 millones sigan queriendo hacerlo genera admiración entre los propios pastores. Es el caso del Cardenal Joseph Coutts, Arzobispo de Karachi, que ha confesado a AIN, como cuenta en este vídeo de Rome Reports que ha traducido la entrevista al español, su fascinación por el fervor y la devoción de los católicos ante esta coyuntura. 

Coutts se acuerda, por ejemplo, de una anécdota que le ocurrió en Navidad. La inseguridad que tenían por las celebraciones litúrgicas por posibles atentados de los extremistas se vio derribada por un fuerte testimonio de fe.

"Si los terroristas quieren matarnos, es mejor morir en la iglesia que en casa..."

"Después de algunos días, hubo algunas personas que se acercaron a preguntarme si iba a haber misa de Navidad. Yo les expliqué que aún no habíamos decidido, pero que estábamos pensando en lo mejor para su seguridad. Entonces, una de estas personas me dijo: 'No cancele la misa, es Navidad y tenemos que celebrarlo...si los terroristas quieren matarnos, es mejor morir en la iglesia que en casa'". 

La persecución en Pakistán se produce en las situaciones y ambientes más cotidianos y, generalmente, en los pueblos. Es la descripción geográfica que hace el purpurado de los contextos en los que el cristianismo es motivo de peligro. 

"Vivimos en ese tipo de tensión, pensando en cuándo va a pasar algo de nuevo..."

"En ocasiones es posible encontrarse sólo con fanáticos que van demasiado lejos. Pasa en las escuelas, donde se dice no comas junto a ese niño, es cristiano, no bebas agua en la misma fuente. No todos los fanáticos están en el mimso lugar, pero estas cosas nos desafían a todos", explica. 

El Cardenal Coutts reconoce, además, que el caso de Asia Bibi está aún presente en el país. Del mismo modo, asegura que cuentan con el respaldo del Ejecutivo y de los musulmanes que no son presa del fanatismo. Sin embargo, afirma que la constante vital es de "tensión". 

"Vivimos en ese tipo de tensión, pensando en cuándo va a pasar algo de nuevo, dónde va a pasar, pero he de decir que el gobierno nos está dando protección y que hay musulmanes que nos ayudan cuando hay problemas de este tipo". 

Coutts es uno de los promotores de las buenas relaciones entre las religiones que coexisten en Pakistán, el hinduismo, el Islam y el cristianismo y de la lucha contra la ley de blasfemia. Una de las iniciativas en las que esta intención se materializa es el hospital Sagrada Familia de Karachi, un centro sanitario católico en el que se atiende a todas las personas, sin preguntar su religión o etnia, y la convivencia entre credos es posible. 

"Si vienes al hospital Sagrada Familia de Karachi, un hospital católico, encontrarás dos o tres médicos católicos el resto son musulmanes e incluso hay alguno hindú", subraya. 

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