Religión

Auxi Rueda

Directora de Comunicación de la Diócesis de Ávila

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La impactante imagen de la cruz de Notre Dame intacta entre las ruinas

Una de las fotografías más inmediatas de la cruz tras sofocarse el incendio de Notre Dame, ha impactado al mundo 

Tiempo de lectura: 2’

En el mundo de la comunicación, de la imagen, una foto, solo una, ha expresado más que cientos de palabras y relatos perfectamente escritos. Una foto, solo una, que quedará en la retina, en la Historia, y desde luego también en el corazón. Este es el caso de la imagen que ha dejado el trágico incendio de Notre Dame: la cruz sigue en pie entre los escombros.

No es quizá la más bella, y puede que no sea del todo nítida. Pero su fuerza es tal que la estética fotográfica ha pasado a un segundo plano. Es la foto de un instante tan sobrecogedor como paradójicamente hermoso. Todo oscuro, desolación. Un plano gris, sin alma. Tristeza. Y, al fondo, brilla la luz en forma de Cruz. Aquella capaz de vencer todas las tinieblas: las perceptibles y las sensibles. Aquella que, quién sabe si la suerte, el destino o la Providencia Divina, quiso que se mantuviera erguida frente a la destrucción de Notre Dame.

Una foto, solo una, que ha sido capaz de penetrar en mi subconsciente, generando en mí preguntas, reflexiones, sentimientos. La simbología que expresa esa imagen de la Cruz luminosa frente a la oscuridad y la destrucción es tan intensa …

A fin de cuentas, lo que nos relata esa foto no es más que el verdadero significado de la Cruz. Un instrumento que fue creado para causar dolor y muerte, que se alza victorioso como un símbolo de esperanza, de redención. Al igual que en Notre Dame. Una metáfora que nos agarra de las solapas de la camisa a todos los católicos, para recordarnos que confiemos, que no desfallezcamos; para recordarnos que no nos hundamos bajo la presión del peso de la vida y el sufrimiento implícito que ésta lleva en ocasiones. Que nada nos turbe, pues “todo se muda”, nada permanece, y “sólo Dios basta”.

Francia evalúa los daños sufridos por la catedral de Notre Dame de París

-FOTODELDIA- EPA460. PARÍS (FRANCIA), 16/04/2019.- Vista del interior de la catedral de Notre Dame después del incendio sufrido ayer lunes, este martes en París (Francia). Francia evalúa hoy los daños sufridos por la catedral de Notre Dame de París, devastada por un incendio cuyo origen es todavía desconocido y está siendo investigado por la Justicia. EFE/ Christophe Petit Tesson POOLCHRISTOPHE PETIT TESSON

Que no nos entretengamos en lo material y lo tangible. Que todo puede venirse abajo en cuestión de minutos, horas, como ocurrió con Notre Dame. Pero, entre las cenizas, en medio de la destrucción, siempre una luz nos consuela, nos ilumina y calma nuestro llanto. Puede que para algunos no sea más que mera coincidencia, poco más que una estructura arquitectónica que se ha mantenido en pie gracias a la pericia y valentía de los bomberos. Para mí, en cambio, como para muchos creyentes de medio mundo, ha supuesto un verdadero bálsamo para las heridas del corazón. Una forma de redescubrir la fuerza salvadora de la Cruz, en un mundo que a veces olvida que fuimos salvados por ella, que somos salvados por ella cada día. Toda una revelación.

En pleno camino hacia la Pascua, donde veremos de nuevo el triunfo de la luz de Cristo, la Cruz de Notre Dame brilla entre los escombros calcinados de la joya del gótico francés. “Stat crux dum volvitur orbis”, dice el lema de los cartujos: la cruz permanece en pie, mientras el mundo gira. Las crisis económicas y sociales, las guerras, las catástrofes … El mundo está en continuo cambio, en crisis permanente. Por el contrario, la Cruz siempre permanece. Estable. Firme. Como en la foto, en esa foto. Porque al final, la Cruz, pese a todo, frente a todo, siempre permanecerá en pie.

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