Comienza una Cuaresma que se sobrepondrá a la covid-19 con la intensidad y emoción de siempre

La pandemia obligará a cambiar el rito de las cenizas propio del primer día de Cuaresma. Comiena un tiempo litúrgico que nos prepara para la Resurrección de Cristo

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Es 17 de febrero, Miércoles de Ceniza que da inicio a la Cuaresma y que culminará el Jueves Santo (1 de abril). Cambia por tanto el ritmo de nuestras almas. Y es que arranca uno de los tiempos litúrgicos más importantes de la Iglesia, en la que el Señor nos invita a prepararnos para la Pascua, la Resurrección de Jesús.

Un periodo que por segundo año estará marcada por la covid-19, razón por el que el rito de la Ceniza variará ligeramente y, que muchas celebraciones, entre ellas la Semana Santa,han debido cambiar sus formas de celebrarlo para adaptarse a una realidad de pandemia. Una adaptación que no restará dosis de pasión, intensidad y cercanía con Jesús.

Nos esperan por delante 40 días apasionantes, los mismos que permaneció Jesús en el desierto preparándose para su ministerio público, pero también evoca los 40 años que deambuló en el desierto el pueblo de Israel antes de llegar a la Tierra Prometida. La liturgia de la Cuaresma nos dispone a la celebración del Misterio Pascual, sobre todo a quienes se preparan para ser bautizados en la noche de Pascua, que es el día propio de su celebración.

La Cuaresma se refleja en algunos signos visibles a primera vista cuando accedemos a una Iglesia. Por ejemplo, en la celebración se suprime el 'Aleluya' antes del Evangelio; los sacerdotes visten de morado; en las celebraciones del domingo no se incluye la oración 'Gloria a Dios en el Cielo y en la Tierra, paz a los hombres'; los templos además son más sobrios, sin ornamentos florales.

El ayuno y la abstinencia son otros dos signos de que vivimos en Cuaresma. El ayuno es dejar de comer de manera significativa el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo para aquellos cristianos con las edades comprendidas entre los 18 y los 60 años. La Iglesia nos invita a hacer solo una comida fuerte ambas jornadas. La abstinencia por su parte se refiere a no consumir carne todos los viernes de Cuaresma entre los mayores de 14 años.

Por último, está la imposición de la ceniza, que es el rito de apertura de la Cuaresma, la entrada de un tiempo especial. El sentido de la ceniza y su origen simboliza el deseo de vivir una vida nueva, un hábito penitencial para recibir el sacramento de la reconciliación del Jueves Santo, que era el día de confesarse.

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