Sor Ángela, abadesa de las Clarisas de Estepa en Sevilla: "Os cuento el secreto de nuestros polvorones"

Uno de los motores de todo convento y todo monasterio son esos productos artesanales que hacen con tanto cariño y amor

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Se acerca ya la Navidad y los conventos de clausura han comenzado a preparar los dulces que además son una de sus principales fuentes de financiación. Uno de los motores de todo convento y todo monasterio son esos productos artesanales que hacen con tanto cariño y amor.

En el programa 'Herrera en COPE' de este miércoles, 8 de diciembre, Sor Ángela, abadesa de las Clarisas de Estepa en Sevilla ha contado todo lo que rodea la preparación de polvorones y mantecados de cara a estos días de Navidad: “Nosotras a las 6 de la mañana estamos ya todas listas porque a las 06:15 comenzamos con la oración y la adoración ante el Santísimo por nuestra humanidad y por el mundo entero”.

“Además de entregarnos totalmente al Señor evidentemente vivimos del trabajo de nuestras manos y aunque el producto estrella es el tocino de cielo, es verdad que en este tiempo en Estepa si algo destaca son los polvorones y el mantecado. Además este convento fue el primero en el que se elaboró el mantecado original”.

Sor Ángela ha contado en 'Herrena en COPE' cuál es el “secreto” de sus recetas: “Además de estar elaborados todos los productos con inmenso cariño y amor, es verdad que llevan algo especial y es precisamente el espíritu de oración y devoción que lo envuelve todo y que deseamos que llegue al consumidor para que penetre esa vida de Dios también en él”.

El día a día de las monjas en el convento tiene dos partes fundamentales: la oración y el trabajo. “Comenzamos rezando a las 06:15 en el Coro, el lugar de oración y posteriormente nos metemos de lleno a trabajar en el obrador y allí varias hermanas se dedican completamente a elaborar los dulces que van a llegar al consumidor. A la hora de la comida nos volvemos a encontrar y la jornada de la tarde también transcurre en oración y trabajo”.

La venta de los productos ayuda al monasterio a salir adelante en medio de una crisis económica que ha llegado también a los conventos: “Son muchos los gastos que tenemos que afrontar en los monasterios, desde mantener el edificio conventual hasta pagar los gastos de luz, las cotizaciones a la seguridad social de cada hermana”

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