El trabajo incansable de este misionero en la Amazonia con los más pobres: "Nos mueve la pasión por Jesús"

El franciscano valenciano José Luis Coll lleva once años en la Amazonía peruana y ha animado a toda la diócesis de Valencia a apoyar la campaña del DOMUND 2021

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El franciscano valenciano José Luis Coll, misionero desde hace once años en Contamana, en la Amazonía peruana, ha animado a toda la archidiócesis de Valencia a apoyar la campaña del DOMUND 2021, que se celebra este domingo, 24 de octubre, “porque los misioneros además de evangelizar también dignificamos la vida de tantas personas que sobreviven e intentamos aportar en sus vidas un motor que les ayude a alzar el vuelo: la esperanza”.

El misionero, natural de Ontinyent y de 68 años, lleva once años en Contamana, capital de Ucayali, una de las dos provincias - junto con la de Requena - que conforman el Vicariato Apostólico de Requena, con el que la archidiócesis de Valencia tiene un compromiso misionero desde hace cuatro años, al igual que con el de San José.



Construcción de casas para ocho parejas jóvenes con niños

En la actualidad, la parroquia regida por el misionero franciscano en Contamana ha reanudado el proyecto de construcción de viviendas para familias sin recursos, paralizado desde que empezó la pandemia, con ayuda de la asociación Amigos de la Misión “que ha financiado la construcción de casas para ocho parejas jóvenes con niños”, ha señalado.

Este proyecto “es muy importante porque no sólo se trata de construir una casa: la iniciativa supone construir un hogar, transmitir a estas familias la preocupación por la familia y por sus hijos y, por extensión, conlleva dignificar la vida, y eso también es evangelizar”, ha matizado el misionero.

De igual manera, en la parroquia Coll ha comenzado la reactivación de la pastoral y la reanudación de talleres, entre ellos, uno nuevo de “fortalecimiento físico, psicológico y espiritual para personas que han padecido la covid-19 y tienen secuelas”.

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"La misión es imprescindible en la Iglesia"

Igualmente, se han puesto en marcha los talleres para mujeres en situación de especial vulnerabilidad, “como el de cocina y repostería, que les permite vender lo que producen y aportar en su economía familiar, el de corte y confección y manualidades”.

Al hilo del lema de este año del Domund, “Cuenta lo que has visto y oído”, Coll ha destacado que “es importante vivir y tener experiencias, y contar lo que vivimos, vemos y oímos, por eso la misión es imprescindible en la Iglesia, porque es estar en contacto con los más vulnerables, pobres y rotos, que son los preferidos de Jesús”.

“A los misioneros nos mueve la pasión por Jesús y por el hombre, por el prójimo, por los olvidados. Y la Amazonía ha sido muy olvidada, aunque se haya celebrado un Sínodo sobre ella. Somos pocos misioneros en nuestro Vicariato y sin presencia no hay misión”, ha explicado.

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Ayudar desde Valencia, con la oración y mostrando interés

La campaña del Domund tiene como finalidad recordar la importancia de la labor que realizan los misioneros en todo el mundo. En este sentido, José Luis Coll ha explicado que “desde Valencia se puede ayudar a la misión con la oración por los misioneros y por la misión, porque así sentimos que estamos conectados. Yo he experimentado esa conexión en mi enfermedad, cuando sufrí la covid-19, sabía que rezaban por mí”.

Las personas y parroquias interesadas en colaborar con los proyectos misioneros de los franciscanos en Contamana pueden ponerse en contacto con la Fundación Ad Gentes del Arzobispado de Valencia.

Igualmente, “también se puede colaborar con los misioneros informando sobre nuestra labor y prestando atención, poniendo interés en esta labor, en saber qué contamos y qué oímos en las misiones”, según Coll, que ha añadido como tercera forma de ayuda “para los que puedan hacerlo, conocer en primera persona la realidad de la misión, en este caso, en la Amazonía peruana”.

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“Tras enfermar de Covid-19 recibí mucha bendición en medio de tanta pobreza”

Al comenzar a extenderse el virus de la Covid-19 en China y parte de Europa, “en esta región, incluso en todo Perú, existía la creencia de que no llegaría porque con el calor no se extendería. Pero, sí, llegó y vivimos momentos muy duros, de angustia y pánico porque no había medicinas”, ha comentado el misionero.

José Luis Coll se contagió este año, el pasado 7 de marzo, “tras estar en contacto con una compañera misionera, que ya lo padecía sin saberlo. Estuve en casa unos 10 días y me atendieron vía telefónica pero empeoré y tuve que ingresar justo cuando falleció mi compañera misionera”, ha precisado.

Aunque en un principio no quería abandonar su casa “porque muchas personas a mi alrededor enfermaban sin apenas recursos” finalmente ingresó en un hospital de Lima por la gravedad de su situación. Tal y como ha asegurado el misionero, agradece todo lo vivido porque durante mi enfermedad recibí mucha bendición en medio de tanta pobreza y debilidad”.


Fotografías de archivo del misionero José Luis Coll, en su parroquia de Contamana (Vicariato peruano de Requena), arriba y en el centro. Abajo, el franciscano valenciano, en una visita reciente a Valencia.


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