"Busquemos anclas que nos impidan ir a la deriva"

La Responsable Gabinete de Presidencia de Cáritas Española reflexiona sobre la llegada de un tiempo de Adviento diferente, llena de incertidumbres y a la vez de esperanza en Dios

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Queridos amigos:

Tengo la suerte de dirigirme a ustedes, tras es el primer domingo de Adviento. Tiempo de Adviento y “espera” que este año 2020 es diferente, ya que nos ha llenado de sensaciones encontradas, y que ha puesto a prueba muchos sentimientos que nunca hubiéramos pensado que viviríamos. Para todos “huele” a Navidad. Se ven en nuestras calles y también en nuestra preocupación. ¿Cómo será? ¿Qué nos traerá esta Navidad 2020?

Mi primer recuerdo es para aquellas familias que, en este tiempo, han perdido a sus seres queridos, a aquellos amigos del alma que se nos fueron sin que lo esperáramos, sin poder darle un último abrazo y un último “te quiero” con todo el agradecimiento por haber disfrutado de ellos. Seguro que ahora nos cuidan desde un sitio maravilloso.

Por ellos, por todos los que ha sufrido, por todos los que sufren hoy en el mundo tenemos el deber de tener esperanza, de sentirnos más unidos que nunca, de hacer que esta Navidad sea, todavía, más auténtica en nuestras vidas. Que el Niño que nace para cada uno de nosotros haga que seamos mejores personas, más solidarios, más fuertes y unidos, más responsables, más coherentes, más ilusionados. Más de todo aquello que el ser humano es capaz de sacar en los momentos difíciles.

Todo eso que hemos visto, una vez más, en tantas personas que han demostrado con su trabajo y su esfuerzo que seguían con nosotros. Han sido muchos los colectivos que están siendo y serán afectados por las consecuencias de esta pandemia. A los que eran más vulnerables los ha dejado casi sin recursos. Sus consecuencias económicas han puesto a muchas personas al límite de sus recursos e incluso a muchas de ellas, se lo puedo asegurar, a vivir situaciones totalmente desconocidas para ellos.

Del otro lado, la solidaridad y la gratuidad de los españoles, una vez más, dándolo todo por estar con los que más necesitaban, empresas, particulares, voluntarios ofreciéndose para lo que hiciera falta…. Y para los que el Evangelio de Jesús nos inspira, ha sido la mejor prueba de que Dios está entre nosotros y volverá a nacer esta Navidad para hacernos aprender, para hacer que esta pandemia nos deje la esperanza de que algo mejor vendrá después. ¡Que “la nueva normalidad”, cuando llegue, será mejor seguro!

Les deseo la mejor Navidad, que les traiga serenidad, paz de corazón, esperanza y alegría para construir un futuro que será, sin duda, mejor de lo que hemos vivido. Que Dios, que nace para todos y cada uno de nosotros nos ayude a que en esta época de máxima incertidumbre busquemos anclas que nos impidan ir a la deriva y brújulas que nos indiquen el norte.

A recrear una sociedad que acoja y proteja a los que tienen menos, basada en la esperanza arraigada en los corazones de los hombres buenos que creen que el futuro es de todos y por lo tanto construido en la preciosa fraternidad universal.

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