Caminando en la Cuaresma con agradecimiento

La Cuaresma es el momento de dar gracias a Dios por la vida que nos ha dado, aprender de su camino, esforzarnos en merecernos el maravilloso misterio de la Resurección de su Hijo

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Queridos amigos, me acerco , de nuevo a ustedes, deseando que estén recorriendo este camino de la Cuaresma, con la esperanza y agradecimiento que merece.

Parece que este mundo convulso no nos deja muchos momentos de paz, esperanza, serenidad y alegriá . Yo estoyconvencida de que la vida se labra día a dia, lucha a lucha y todose nos devuelve, por más que nos cueste entenderlo.

Quiero hoy ,si me permiten, compartir una reflexión que hizo mi hija no hace mucho sobre una pregunta que a muchos nos atañe: ¨¿ Como es la vida de una privilegiada como yo a los 65 años?", poco interesante porque yo no tengo grandes cosas que contar si no fuera porque refleja lo que ve una hija a través de una vida compartida y maravillosa, todo gracias a ella.

Me gusta escribir con mi madre a “4 manos”. Ella plasma sus ideas y yo las remato por escrito. La semana pasada hablando de qué podríamos escribir, con mucha humildad porque no nos consideramos expertas de nada, le comenté que por qué no se marcaba unas líneas de cómo era el llegar a su edad y estar tan estupenda. “Mater si a mí me sirve verte y todo lo que aprendo de ti, digo yo que a lo mejor a alguien leernos un par de minutos también le ayudará” le comenté. No hay mejor sabiduría que aquella del callo de la vida.

Mi abuelo, nacido en el Valle de Mena, que a los 17 años tuvo que venirse a Madrid a trabajar en la recepción del mismo hotel en el que estuvo en activo durante casi 73 años y como decía él, “la persona que ha cotizado más a la Seguridad Social en este país”. Gran verdad, por cierto, porque a día de hoy sigue siendo la persona registrada que más años ha trabajado en España y siempre detrás de la misma recepción, ese mismo lugar de la emblemática Puerta del Sol. Él llamaba a cualquier mujer u hombre que se encontrase “chavala” o “chaval”. Daba igual que tuviese 20 que 70 años, nada más se encontrase con una cara conocida sus palabras eran “Chavala! o Chaval!, qué tal estas? ¿Cómo va todo? ¡Qué bien verte!” Ese “chaval” o “chavala”, ese “qué bien verte”, esa ilusión y chispa por la vida cada vez que le veíamos hacía que la cara del que tuviese en frente sonriese de inmediato. Ojalá que logremos el mismo efecto con este post que no se podía titular de otra manera: cómo llegar a los 65 hecha una “chavala”.

Nunca hay recetas para casi nada. Yo creo en eso. Lo importante es aprender de aquellas personas que te inspiran. Por suerte yo tengo varias muy potentes muy cerca de mí, esa sería la primera cuestión que a mí me sirve.

Otra importante es cultivar, no dejar nunca que se escape la capacidad de sorpresa. Sorprendernos, aprender, estar abiertos a lo que venga, aprender cada día algo nuevo… No perder el sentido del humor y vivir esos achaques, sin duda, que aparecen con una sonrisa y dar gracias porque son sólo «eso», achaques pequeños, normales de la aventura que has podido disfrutar durante el tiempo.

Permitirle a tu cuerpo que se haga mayor pero no darle demasiada tregua. Cultivarlo para que te ayude a transitar lo mejor posible en esta edad apasionante.

Disfrutar de los recuerdos, revivir los buenísimos, siempre los hay y perdonar los no tan buenos, pero quererlos a todos porque han formado tu vida.

Y, por encima de todo, intentar ser buena gente, sonreír, relativizar, decir las cosas claras, pero desde el inmenso cariño de alguien a quien también han corregido, perdonado y brindado nuevas oportunidades.

Estar enamorado y disfrutar de ello. Mirarte al espejo y reconciliarte con tus arrugas, tu aspecto y, si pudiera ser, gustarte, quererte.

Amar, cuidar y disfrutar de cada pequeña cosa, de la naturaleza, de los amigos, permitirte soñar y realizar lo que nunca hubieras pensado, tener un perro y sentir el cariño que te daría y le darías si se hiciera realidad, hacer el viaje de tus sueños… No hace falta irse muy lejos, los grandes viajes son las personas.

Y, además, decir muchas veces te quiero a los que quieres, no dejar pasar ni una vez sin que te salga del alma y sentir en los más profundo que mañana es el mejor día de todo lo bonito que nos queda por vivir… a pesar de los achaques.

La vida a los 65 es una nueva vida, si tienes salud y personas alrededor que merecen la pena, como es mi caso, es el momento más especial de sentir tu libertad, tu amor y enamorarte cada día de todo aquello que te regala así que ¡a disfrutarlo!."

Gracias de todo corazón a Dios por este espacio, por los hijos, por las cosas normales y cotidianas, pro encima de todo por tener fe y posibilidades de seguir adelante.

Texto de María García Salazar, cedido porhttps://verdaddelabuena.com/


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