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"Gracias..."

Siento que faltan “gracias “ en nuestra vida cotidiana y a mí me parece fundamental….los que me educaron, lo grabaron a fuego en mi corazón.

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Gracias por iniciar este camino juntos, a vosotros que “os atreveréis” a leer este espacio, gracias, de corazón, a los que han hecho posible que comparta con vosotros la vida, que me acerque más a vuestro pensamiento y ojala, si me lo permitís, a vuestro corazón….

Es una oportunidad tan bonita para mí que espero no defraudaros…

Y por todo esto y mucho más empiezo con Gracias….

No sé cúal es vuestra impresión pero, a veces , siento que faltan “gracias" en nuestra vida cotidiana y a mí me parece fundamental….los que me educaron, sin mucho éxito por otra parte, lo grabaron a fuego en mi corazón…. "Gracias a Dios" por la vida que me regala cada día, gracias por el Evangelio que nos da cada día, un momento de reflexión ,de luz ,de ilusión, de exigencia y de humildad para ser conscientes de que intentaremos seguir algo de lo que se nos dijo.

Quisiera aprender y merecerme ese corazón de muchas personas que no tiene rubor en “lavar los pies” , con misericordia y ternura ,a los que sufren, y ser humilde , libre para reconstruir mi ternura, mi pequeñez para dejarme “lavar los pies”,fiel reflejo del evangelio, por los que me construyen , me hacen ser lo que soy y me animan a crecer y ser mejor persona, a afianzar mi fe en Dios y a perder , ojala, mi egoísmo

“Como deseo que los años por venir estén impregnados de misericordia y gratitud para poder ir al encuentro de cada persona, llevando la bondad y ternura de Dios”, son palabras del Papa Francisco… En esa gratitud, en esa inmensa necesidad de mujeres y hombre sólidos en estos tiempos líquidos …

Gracias por haberme dado la oportunidad de ser parte de esos cristianos que apuestan por todas las personas, especialmente los más débiles, en esa revolución que nos invita Jesús.

Me gustaría ser discípula, humilde, del Accesible, que con su amor, misericordia y ternura , supo establecer contacto, mostrarse siempre disponible, eliminar distancias, buscar la proximidad y poner cómodo a todo el mundo. Daba igual si había que ponerse de rodillas, lavar los pies, sonreir, llorar, reconstruir vidas o ponerse en camino…

Trabajo en una institución que le gustaría caracterizarse por estar cerca con y para las personas que más sufren, con los pobres y con una pasión clara por el Evangelio.

Gastamos la vida a veces en saber quiénes son nuestros hermanos. Desde la confianza de Dios Padre reconocemos como tales a nuestros vecinos, nuestros prójimos, a aquellas personas que nos cruzamos cada día en la calle pero también los que están lejos.

Gracias también por saber, comprobar que muchas de las situaciones de sufrimiento se pueden evitar e incluso prevenir, porque la mayoría de las veces responden a decisiones y situaciones que no construyen Reino.

Gracias porque me han dado la capacidad de preguntarme en qué mundo quiero vivir, qué valores quiero que le inspiren y tener capacidad de moverme, de acción, de ponerme en camino para que en mi pequeño entorno algo pueda ser diferente.

Gracias también porque la vida me ha dado la oportunidad, de creer que la excelencia, la santidad puede ser posible.

Ser santo en el mundo que nos ha tocado vivir no está de moda.

Pero la santidad de la que nos habla el Papa es inseparable de la construcción del Reino y de la lucha por la paz y la justicia.

Trabajar por la justicia sintetiza la tarea de construir una sociedad según la ley del amor y los valores del Reino de Dios.

Este trabajo por la justicia significa ir contracorriente hasta el punto de convertirnos en seres que cuestionan, que denuncian y que a veces no son gratos.

Es por esto que la propuesta debe ser nítida de una espiritualidad que nos ilumine centrada en Cristo y en las Bienaventuranzas. Nuestra mística debe ser paciente, mansa , fomentar por encima de todo el espíritu comunitario y poner mucho , mucho amor y algo también de sentido del humor y alegría. Porque somos personas felices…., hemos descubierto motivos para la esperanza y la alegría en cada persona que se acerca a nosotros para confiarnos la vida.

Soy consciente de los múltiples y variados retos que tenemos por delante, no todo es maravilloso en el futuro que se nos viene encima, y en el presente que tenemos que gestionar cada día, existen ciertos escollos y algún que otro nubarrón que se cierne sobre nuestras cabezas.

Sueño con que seamos capaces de transmitir ilusión a la sociedad que nos rodea, de manera que, de verdad y conscientemente, crea que el mundo puede ser distinto y dar con las claves concretas para que se pueda conseguir. Es un privilegio que nos requiere tener ojos abiertos para ver el sufrimiento de los más necesitados, oídos atentos para escuchar su clamor y corazón sensible para conmovernos. Es un regalo salir de nuestras comodidades y seguridades, detener el absurdo ritmo de una vida vivida para nosotros mismos, y tener la oportunidad de poner concreción a nuestra vida como les ha dicho el Papa a los jóvenes , concreción para ponernos en camino, cambiar, abrir la mente y el corazón a un mundo diferente donde nos impregnemos de respeto, de gratitud por el próximo, por el lejano, por el diferente, por el que piensa distinto, sin miedo y con valentía y con humildad para decir lo que somos y compartir lo que nos une.

Gracias, también, porque cada día tengo alrededor personas libres y transformadoras que ayudan a crecer personas libres en dialogo, transformando los hitos del corazón y de las estructuras aportando nuevas formas , nuevas fórmulas en los ámbitos en que cada uno sepamos hacerlo.

Y para ello debemos dialogar, son tiempos de escucha y de acción pero centrada en la escucha en el dialogo y en sacar conclusiones desde el Evangelio.

Un diálogo que implica un auténtico aprendizaje. Un aprendizaje que nos permite reconocer al otro.

El Papa Francisco no hace mucho nos decía que no hacen falta muchos argumentos teológicos sofisticados para mostrar nuestro deber de ayudar al mundo contemporáneo a caminar hacia el reino de Dios.

El optimismo a veces defrauda pero la esperanza no, y “eso” esperanza, oportunidades, iniciativas diferentes para un mundo cambiante.

Gracias, gracias de corazón por esa esperanza y ese camino que iniciamos juntos y que para mí es un motivo más , único y exclusivo de dar gracias a Dios.

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