Así era Bernadette, la niña que vio a la Virgen María en Lourdes

Santa Bernardette, una niña francesa con gran devoción a la Virgen María y a la que pudo conocer en persona

Víctor C. Bustillo

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Santa Bernardette, nació en Lourdes (Francia). Pese a vivir una infancia dura con enfermedades y problemas familiares, nunca abandonó su devoción a la Virgen María. Falleció con tan solo 35 años y fue declarada santa por el Papa Pio XI en 1933.

Actualmente, en mayo de 2019, una de sus reliquias está recorriendo diferentes diócesis italianas. Constanza Signorelli, periodista italiana, entrevistó hace poco a Vittorio Messori, autor de “Bernardette no nos engañó”. Se trata de un gran devoto del Santuario de Lourdes.

Así era Bernardette Soubirous la niña que vio a la Virgen María

Bernardette, nacida en 1844. En 1859 se encontró con la Virgen María, en una cueva cercana al rio Gave de Pau.  La Madre de Dios dijo a la pequeña que “Aunque estaba sufriendo mucho, en la vida eterna sería muy feliz”.

Si conoces a Bernardette, es imposible no enamorarte de ella

Para Messori, la Virgen María tuvo en Lourdes “Su pedazo de cielo en la tierra”, donde Ella podía interceder en favor de la humanidad. Cuenta que “El mensaje de la Virgen de Lourdes es más actual que nunca....si conoces a Bernardette, es imposible no enamorarte de ella y no pensar en el Paraíso”. Afirma también que ve, en Bernardette, “La realización más radical del Evangelio..."

Explica Messori que "No había ninguna (niña) más ignorante, más enferma, más pequeña, más ignorada, menos apreciada... su padre había sido denunciada por hurto, su madre tenía fama de borracha... conociéndola de verdad, es imposible no enamorarse de ella".

Yo no soy importante, sólo la Señora es importante.

La pequeña Benardette, cuenta Messori, durante su vida terrenal fue un elemento escogido por la Virgen María para que Ella realizase su obra de salvación. Pero nunca quiso quitarla protagonismo “Yo no soy importante, sólo la Señora es importante. Por eso, no quiero quitarle la luz, ni siquiera por un día. Mi lugar está aquí (el convento de Nevera), no entre la multitud”.

En cierta ocasión, cuando ya vivía como monja en Nevers, la pidieron que visitase Lourdes. Pero ella no lo aceptó. Consideraba que podía ser inapropiado, pues no quería quitar protagonismo a la Virgen María.

Aunque padeció mucho sufrimiento corporal, Bernardette nunca se quejó, vio su enfermedad como un oficio para ayudar a los demás. Messori afirma que: “Nunca buscó el dólor... pero siempre lo aceptó y acogió”.

Cuando falleció, sucedió algo realmente impactante con su cuerpo. Según cuenta Messori: “Parecía que tenía más de 70 años, por lo consumido que estaba su cuerpo, a causa de los males que lo habían destrozado. Pues bién, no sólo la muerte consiguió corromper su cuerpo, sino que lo transformó, haciendo que fuera bellísima”.

Lourdes es un hospital para las enfermedades espirituales

En 1909, cuando las monjas acudieron a la exhumacion de su cuerpo: “Se quedaron asombradas, porque vieron con sus propios ojos, que la muerte la había transfigurado”. Los forenses certificaron que su cuerpo estaba incorrupto, algo que se confirmó años después (1919 y 1929).

El Santuario de Lourdes continúa siendo un lugar especial

Aunque en Lourdes se han producido númerosos milagros físicos, comenta Messori que: "Lourdes no es una clínica del cuerpo, sino una clínica del espíritu.... sin embargo, las curaciones físicas son valiosas y la prueba material de que estas aparicione marianas son verdaderas”.

Explica Messori que, en una de las apariciones, la Virgen María dijo a Bernardette que recomendase "Hacer penitencia": "Lourdes es un hospital. Pero (¡no lo olvidemos!), sobretodo, y en primer lugar, (un lugar de sanación) para las enfermedades espirituales”.

Aunque Lourdes es un santuario donde ocurren milagros corporales, también muchas personas, con problemas espirituales, han sido sanadas por la Virgen María.

Según cuenta Messori, la Virgen María vino a Lourdes a "Ayudarnos en el espíritu, a sanar el alma... esta 'penitencia' sirve precisamente para recordarnos esto: debemos alejarnos del pecado con fuerza, y debemos cuidar los bienes del espíritu”.

Por ello: "Sería un error reducir la Iglesia como una mera ONG, o algo que tan sólo cure los males materiales del mundo... la Virgen en Lourdes, a través de Bernardette, nos recuerda que la principal misión de la Iglesia es llevarnos a la vida eterna”, explica Messori. 

Como en otras apariciones marianas (por ejemplo Fátima, la Virgen María en Lourdes “Habló de pecado, de penitencia como reparación al mal espiritual, y nunca habló de enfermedad y curación físico”, cuenta Massori.

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