La Condesa que se ganó la beatificación ayudando a las mujeres obreras

Juana María Condesa Lluch, la beata que dejó todo para ayudar a las mujeres sin recursos

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Valencia es una de las localidades más importantes de España. A esta ciudad a orillas del Turia se la reconce por lugares como el Oceanogràfic o la catedral de Santa María de Valencia, pero si hay un "monumento" importante ese es: Juana María Condesa Lluch. Una Condesa valenciana criada en el seno de una familia cristiana y que siempre estuvo unida a Dios. 

Con 18 años empezó a observar que muchas mujeres sin recursos estaban trabajando en fábricas en unas condiones inhumanas. La mayoría eran obreras que pertenecían a la industria de la seda. La situación de estas mujeres le hizo replantearse su vida y entender que “su misión era acoger en un hogar lo que otros dejaban en la calle”. Fue en ese momento, en el que decidió que ella también sería obrera, una obrera de Dios. 

"Yo y todo lo mío para las obreras"

Gracias a ese interés por la situación de las mujeres trabajadoras decidió abrir una casa de acogida para ellas. En 1884 fundó la congregación de las Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa, conocidas entonces como “protectoras de las obreras”. Además, creó la residencia “Juana María”donde empezaron a acoger a mujeres sin recursos. Un lugar que sigue existiendo en la actualidad. 

Bajo el lema "Yo y todo lo mío para las obreras", Juana María Condesa Lluch consiguió mejorar las condiciones de vida y laborales de estas jóvenes.

Hoy en día, la huella de esta Santa sigue viva. A través de la congregación de las Esclavas de María Inmaculada ofrece a las mujeres formación básica y asesoramiento por parte de trabajadoras sociales. Además, también cuentan en Valencia con un grupo de voluntarios que imparte clases de español a inmigrantes, en gran parte de países del Este y subsaharianos, así como talleres de inserción socio laboral con asesoramiento para buscar empleo y de autoestima, a personas en riesgo de vulnerabilidad.

Juana María Condesa falleció el 16 de enero de 1916 y sus restos mortales están en la Casa Generalicia en Valencia. Su Proceso de Canonización tuvo lugar en Valencia en 1953 y en 1997 fueron declaradas sus virtudes heroicas. Más recientemente, el 23 de marzo de 2003, el Papa Juan Pablo II presidió su beatificación en la Plaza de San Pedro.

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