24 años sin Miguel Ángel Blanco: "La fe le ayudó en sus últimos momentos"

Los integrantes de la banda cumplieron la amenaza después de que el Gobierno de José María Aznar no cediera al chantaje-ultimátum de los terroristas

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Este martes 13 de julio, se cumplen 24 años del asesinato del concejal del PP de la localidad de Ermua (Vizcaya), Miguel Ángel Blanco, que sería asesinado tres días después por parte de la banda terrorista ETA.

Los integrantes de la banda cumplieron la amenaza después de que el Gobierno de José María Aznar no cediera al chantaje-ultimátum de los terroristas por el cual, si el Ejecutivo no permitía el traslado de los presos vascos a Euskadi antes de las cuatro de la tarde del 12 de julio, le asesinarían. Y así fue. Murió a las cinco de la mañana en el Hospital Nuestra Señora de Aránzazu de aquel 13 de julio de 1997 tras tratar de reanimarle. Solo tenía 29 años.

Miguel Ángel Blanco era economista, concejal en su municipio y un hombre de fe. Su parroquia era el Santo Apóstol de Ermua cuyo párroco era el Padre José María Larruskain, ya jubilado. En el programa 'Creer hoy', el vicario parroquial de Nuestra Señora de la Asunción Valdemoro, el Padre Patxi Bronchalo, ha recordado cómo fueron aquellos días de secuestro, donde la sociedad española se volcó para pedir el final de la violencia.






“Lo tengo muy grabado. Yo aún era un chaval. Veo que esto ahora se olvida y que la nuevas generaciones que no lo han vivido, a veces banalizan con todo lo que supuso ETA. Ponerse en la piel de esa familia que de repente le dicen que uno de sus miembros es secuestrado, sin saber si está vivo o no. Es una miseria moral enorme”, reflexiona el sacerdote.

Más de dos décadas después, el Padre Patxi se muestra convencido de que la Cruz y la fe de Miguel Ángel Blanco le ayudó a salir adelante: “Todos tenemos una Cruz como signo del evangelio, que duele, no se puede quitar y pesa como una losa. Dios nos pide que cojamos la cruz y le sigamos, pero no nos dice que por ello nos vaya a ir bien”, recuerda.

El vicario parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Valdemoro ha explicado que este tipo de hechos violentos suceden porque el ser humano es libre, “y esa libertad te puede llevar incluso a quitar la vida a otra persona de una manera atroz. Por tener fe, no se va el mal. Al que es bueno le pasan cosas buenas y al malo cosas malas, no funciona así”.


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