El arzobispo de Toledo propone la Eucaristía como ''el remedio a todas las soledades''

El arzobispo de Toledo preside la Santa Misa anterior a la procesión del Corpus Christi por las calles de la ciudad

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''Contento y feliz de estar aquí celebrando el Corpus Christi que sigue brillando más que el sol''. Así ha comenzado su homilía Francisco Cerro, arzobispo de Toledo y primado de España. La celebración eucarística, según el rito mozárabe, precede a la procesión por las calles de la ciudad.

La capital castellano-manchega celebra con especial devoción esta procesión, aunque la solemnidad del Corpus es el segundo domingo después de Pentecostés. ''El Corpus nace del Evangelio, de la palabra de los griegos al apóstol Felipe: 'queremos ver a Jesús'''. Y como le vieron entonces, le seguimos viendo en la Eucaristía. ''Es un Jesús que va al mundo, a la calle''. La procesión del Corpus es Jesús peregrinando por las calles del mundo, yendo a la gente. Y como Cristo, ''el cristiano no es vagabundo, es peregrino de la fe, va al encuentro del que sufre''.



Este encuentro produce el ''Asombro eucarístico'', un concepto acuñado por san Juan Pablo II. La Eucaristía es la vida: ''Quien coma de este pan, vivirá para siempre'' (Jn 6, 51). Monseñor Cerro ha indicado también que, de cara a los funerales, se recuerda que quien comulga, aunque sólo sea una vez, tiene una promesa de vida eterna. Esto justifica ese asombro del que hablaba el Papa polaco.

La Eucaristía es el Dios cercano, que se ha quedado con nosotros hasta el fin de los tiempo. Don Francisco ha citado a san Francisco de Asís ''Quien no adora a Dios, acabará adorando al dinero, al poder o al éxito. El hombre o la mujer que adora a Dios es completamente libre''.

Dios está con nosotros, para nosotros y en nosotros.

Ante la situación de soledad que vive el mundo, el primado de España recuerda que ''la Eucaristía es el remedio a todas las soledades''. Citando al Génesis, afirma que no es bueno que estemos solos. Jesús nos acompaña como Trinidad en el camino de la vida como a los de Emaús, creando caminos de fraternidad .''Otro mundo es posible'' como dice el Papa Francisco. Y añade monseñor Cerro que ''quien se pierde a Jesucristo, se pierde lo mejor de la vida''.

En la catedral de Toledo han estado presentes los primados de Hungría y Panamá, los arzobispos de Ayachuco, Córdoba, pues don Demetrio es de Puente del Arzobispo (Toledo), y el de Zarate-Campana, que se formó en Toledo.

También han estado los arzobispos eméritos de Toledo y Segovia, Francisco César García Magán, secretario general de la CEE y el arcipreste coajutor de la basília de santa María la Mayor de Roma.

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