Benedicto XVI, Don Juan Carlos o Fernández de la Vega: personalidades que han marcado al cardenal Cañizares

El arzobispo emérito de Valencia ha tratado con multitud de figuras relevantes de la política o la jerarquía eclesiástica. Algunos de estos episodios fueron históricos

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El arzobispo emérito de Valencia, el cardenal Antonio Cañizares, ha repasado en el programa 'Eméritos' de TRECE algunos de los episodios más destacados de su trayectoria como ministro al servicio de la Iglesia.

Uno de los cargos más importantes que ostentó fue, en dos etapas, la vicepresidencia de la Conferencia Episcopal Española (2005-2008 y 2017-2020). El primer periodo coincidió con Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno. Años donde la Iglesia mostró su disconformidad con su Ejecutivo a raíz de medidas como la legalización del matrimonio homosexual o la reforma de la ley del aborto.

No obstante, Cañizares nunca ha ocultado la buena relación que ha mantenido con quien fue presidente del Gobierno socialista y especialmente con su número dos, María Teresa Fernández de la Vega: “La primera vez que entré en la Moncloa lo hice por la puerta falsa y, ahí, me esperaba Zapatero para trasladarnos a su despacho. Era una puerta secreta”, recuerda el arzobispo emérito de Valencia.

Pero a quien ha elogiado Antonio Cañizares fue a María Teresa Fernández de la Vega, a quien atribuye el incremento de la asignación tributaria de la Iglesia, pasando del 0,52% al 0,7% actual: “Tuve una relación colosal con ella. Fue la artífice, una propuesta de ella y lo consiguió. En su gobierno había gente que estaba en contra de esa subida”, ha puntualizado el cardenal.

Cañizares elogia a los políticos que posibilitaron la Transición

Y es que como ha recalcado el arzobispo valenciano, el catolicismo no puede estar reñido con la izquierda como intentan hacer ver determinados sectores de la sociedad. Eso sí, ha matizado que quien se declara 'marxista' no puede ser católico: “El Marxismo es por naturaleza ateo, anticristiano, contrario al hombre. Hay que decirlo clarísimamente. Sus raíces filosóficas son ateas, sin Dios, anticristianas. Pero la izquierda no es el Marxismo, es otra manera de comportarse ante la sociedad, ante el bien común”, ha subrayado.

En este sentido, ha calificado de “necesario y urgente” la presencia de los católicos en la vida pública, pese a que no existan en España actualmente partidos que se declaren así. En este punto, el cardenal ha puesto como ejemplo de ellos a figuras como Adolfo Suárez, de quien ha valorado su catolicismo “hasta en sus entrañas”, pese a lo cual “no fundó un partido católico”.

Asimismo, Cañizares ha reivindicado a las grandes figuras de la Transición como Felipe González o a Santiago Carrillo, de quienes reconoce su labor en favor de “la concordia, la unidad, la paz, el diálogo y el encuentro. La división no es propia de España aunque siempre hayamos estado peleados. No es esa la vocación de España”, ha sostenido en 'Eméritos'.

¿Cómo sentaba a Cañizares que le conocieran como 'el pequeño Ratzinger'?

El cardenal Antonio Cañizares nunca ha tenido problemas en difundir sus opiniones sin tapujos ni medias tintas. Tal vez por ello, con tintes peyorativos, fue conocido con el sobrenombre del 'pequeño Ratzinger'. Un apodo que, lejos de incomodarle, lo toma como un halago.

“Ratzinger tienes esa cualidades de inteligencia, de bondad, de sencillez, de humildad, de la búsqueda de la verdad por encima de todo. Ojalá tuviera la sabiduría, la inteligencia y el corazón y la cabeza que él tiene”.

Y es que la relación entre Cañizares y Benedicto XVI siempre ha sido de cercanía. La última vez que se vieron, el Papa Emérito le confesó que estaba muy dolorido de las piernas, a lo que Cañizares le respondió recordando las palabras de Juan Pablo II: “La Iglesia no se lleva con las piernas, sino con la cabeza y con el corazón, y se echó a reír”.

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Benedicto XVI también era conocedor del apodo que recibía el propio cardenal, y que compartió en un encuentro que mantuvo con Juan Carlos I, quien también sabía a quien se refería con el pequeño Ratzinger': “Los dos se echaron a reír”, ha confesado Cañizares entre risas durante la entrevista.

A propósito del actual Rey Emérito, el cardenal Cañizares no ha dudado en reivindicar su carácter humano: “En las distancias cortas es muy cercano, se abre de corazón y además también está muy preocupado por la realidad de España. Quiere mucho a España. Y eso también me ha ayudado a querer más a esta España nuestra que a veces no la queremos”, ha lamentado.

El encuentro entre Cañizares y Francisco días antes de ser elegido Sucesor de Pedro

Preguntado por su relación con el Papa Francisco, ha asegurado que es muy cordial. Cañizares también ha compartido la conversación que mantuvo con el actual Santo Padre cuando aún era arzobispo de Buenos Aires, días antes de celebrarse el cónclave en el que finalmente el cardenal argentino sería elegido obispo de Roma.

“Comió en mi casa junto a dos cardenales españoles y en un momento dado dije... ¿A qué papa vamos elegir? No me refería a persona física, sino a qué tipo de papa Y Bergoglio me pidió que empezara yo, e hice una semblanza que tenía que ser como San Francisco de Asís y la visión que tuvo de la Iglesia de San Damián que había que reconstruir, y que reconstruyó con bienaventuranzas, sobre todo los pobres, misericordioso, la paz”. Unos principios que reúne, expresa Cañizares, el Papa Francisco.

Su recuerdo emocionado al cardenal Carlos Amigo

Durante la entrevista de 'Eméritos', quien ha sido titular de las diócesis de Ávila, Granada, Toledo y Valencia ha rendido su particular homenaje a otro cardenal, a Carlos Amigo, fallecido el pasado 27 de abril. Cañizares se ha deshecho en elogios a quien considera un hermano.

“Era pura cordialidad. Sencillo, cordial, hasta le gustaba los toros. Yo le dije a Saiz Meneses (arzobispo de Sevilla) que le falta ir a los toros. Era un hombre al que quería toda Sevilla. Don Carlos Amigo fue un franciscano de verdad. Era arzobispo de Sevilla y yo de Granada, y tuvimos una relación colosal, un entendimiento muy grande entre los dos. Don Carlos Amigo era cordialidad, alegría. Era muy acogedor”, ha recordado con emoción.

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