El cardenal Marto clausura la PEJ: "Habéis dado un bello ejemplo de fraternidad por las calles de Santiago"

El enviado especial del Papa Francisco preside la Eucaristía final del encuentro y envía a los jóvenes a practicar "la cultura del encuentro" y "el cuidado del prójimo"

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Ni el cansancio, ni las noches sin dormir, ni las heridas provocadas por el Camino. Nada ha impedido a los más de 12.000 jóvenes asistor a la Eucaristía final de la PEJ, y a las 10 de la mañana ya colmaban el Monte del Gozo.


Durante estos días de Peregrinación Europea de Jóvenes “habéis vivido una serie de bellos y enriquecedores encuentros y experiencias. Su belleza y riqueza no son solo para vosotros, sino para que lo comuniquéis a los demás”, les ha dicho el cardenal Antonio Marto, enviado especial del Papa Francisco para este encuentro que ha presidido esta celebración acompañado de más de 60 obispos españoles.


Una celebración eucarística de clausura y acción de gracias, pero al mismo tiempo de envío, “por que el Señor Jesús os envía con las mismas palabras de la convocatoria: “Joven, levántate y sé testigo”. Sigamos, pues, meditando sobre el tema del testimonio, dejándonos inspirar por las lecturas de la Palabra proclamada. Centrémonos en tres aspectos: el testimonio de vida nueva con Jesucristo, de la fraternidad y de la alegría del Evangelio”, ha comenzado el purpurado en su homilía.

El primer anuncio

En el contexto actual “es necesario volver a este primer anuncio con la misma frescura, entusiasmo y valentía de los apóstoles”, ha dicho el cardenal, porque si no, “corremos el riesgo de reducirlo a un admirable fenómeno del pasado, que cada año se aleja más de nosotros; o a un mero asentimiento a una verdad teórica del credo, pero que no toca el corazón y la vida; o incluso a algo futuro relativo al último día, al día definitivo en la eternidad”.

Sin la resurrección, Jesús sería sólo un personaje del pasado, que dijo e hizo cosas buenas, bellas y maravillosas como nadie; el cual nos dejó una maravillosa doctrina y ejemplo, reglas de buena conducta y nada más. Simplemente un gran héroe para ser recordado y admirado en la galería de un museo. Pero, ha preguntado el enviado del Papa Francisco “¿qué impacto tiene la resurrección de Jesús en nuestras vidas? ¿Qué es lo que dice de nuevo, positivo, hermoso y emocionante para nuestras vidas de jóvenes en este tiempo?”.


Nuestra esperanza

En este punto ha transmitido la respuesta del Papa Francisco: “Cristo, nuestra esperanza, está vivo y es la juventud más hermosa de este mundo. Todo lo que toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida. ¡Él vive y te quiere vivo! Él está en ti, está contigo y nunca se va. Por muy lejos que te vayas, a tu lado está el Resucitado que continuamente te llama y te espera para empezar de nuevo. Cuando te sientas viejo por tristezas, miedos, dudas y fracasos, Él está ahí para devolverte fuerza y esperanza”.

Testigos de la Fraternidad Universal

Jesús propone una nueva forma de relacionarse entre nosotros, basada en la lógica del amor y el servicio. “Es una auténtica revolución frente a los criterios humanos de egoísmo y ambición de poder y dominación: la revolución de la fraternidad que parte del amor fraterno para englobar la cultura del cuidado mutuo, la cultura del encuentro que tiende puentes, derriba muros de división y acorta distancias entre personas, culturas y pueblos”.

Citando a Carlos de Foucauld, recientemente canonizado el cardenal Marto ha recordado que “no pretendía convertir a los demás, sino a vivir el amor gratuito de Dios a través de la bondad: Quiero acostumbrar a todos los habitantes, cristianos, musulmanes, judíos e idólatras, a que me consideren su hermano, el hermano universal”. También el Papa Francisco es un ejemplo de ello con su testimonio y su encíclica Fratelli tutti, ha subrayado, “para promover la fraternidad universal, en la que propone la virtud de la amabilidad con actitudes concretas”.

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Testigos de la Alegría del Evangelio

“Como cristianos, no podemos ocultar que si la música del Evangelio deja de vibrar en nuestras entrañas, perderemos la alegría que brota de la compasión, la ternura que nace de la confianza, la capacidad de reconciliación que encuentra su fuente en el hecho de saberse siempre perdonado y enviado”, les ha insistido.

Por eso, si la música del Evangelio deja de resonar “en nuestros hogares, en nuestras plazas, en nuestros trabajos, en la política y en la economía, habremos extinguido la melodía que nos desafiaba a luchar por la dignidad de cada hombre y mujer, y la casa común que nos concierne a todos”.

Si la música del Evangelio deja de sonar, “habremos perdido los sonidos que llevarán nuestra vida al cielo, atrincherándonos en uno de los peores males de nuestro tiempo: la soledad y el aislamiento, la enfermedad que les llega a los que no tienen ningún vínculo y que se encuentra también en los ancianos abandonados a su suerte, así como en los jóvenes sin referentes ni oportunidades de futuro”. "Es triste ver a un cristiano sin alegría, sobre todo si es joven", ha repetido.

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Joven, levántate

Por último, ha querido dirigir a los jóvenes una palabra de afecto y de aliento. “Si has perdido tu vigor interior, tus sueños, tu entusiasmo y tu generosidad, Jesús se te presenta como se presentó ante el hijo muerto de la viuda de Naín, y con todo su poder de Resucitado, te dice: “Joven, yo te lo ordeno, levántate”.

Esta palabra “Levántate”, la dice Jesús hoy y ahora a cada uno de nosotros. “Queridos jóvenes, cada uno de vosotros puede responder a esta palabra de Jesús y comprometerse de todo corazón en la construcción de un mundo más verdadero y más hermoso para todos; donde todos somos hermanos en la fe y en la vida; donde nadie se salva solo; donde nadie queda atrás, olvidado, ignorado, abandonado; donde la paz prevalece sobre la guerra; donde la vida brota y es respetada de manera absoluta desde la concepción hasta la muerte; donde la Casa Común es realmente un lugar hermoso para todos”.



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