La CEE pide un enfoque humanitario para explicar el drama de Melilla y evitar "un uso partidista"

La Subcomisión para las Migraciones lamentan los fallecimientos en la frontera y exige tomar medidas que tengan en cuenta la gravedad de la presión migratoria"

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Algunas ONGs han elevado a 27 el número de fallecidos en el salto a la valla de Melilla durante la mañana de este viernes, frente a las 18 víctimas mortales que cuantifica Marruecos. En cualquier caso, nos encontramos ante un verdadero drama, al que hay que sumar las decenas de heridos, trece de ellos graves.

Ante semejante drama, la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y la Movilidad Humana de la CEE ha emitido un comunicado en la que lamentan las pérdidas humanas y confían “en el pronto restablecimiento de todas las personas heridas. Al mismo tiempo, expresamos nuestra solidaridad y cercanía, a sus familiares y compañeros”, se puede leer en la nota episcopal.

Asimismo, los obispos que integran la Subcomisión para las Migraciones se han sumado a la preocupación de los habitantes en las ciudades fronterizas, agradecen a la Iglesia de Málaga “su labor de acompañamiento a los migrantes y refugiados” y esperan que las autoridades competentes esclarezcan los hechos para “tomar las medidas oportunas para que no vuelvan a suceder”.

En el comunicado, la Subcomisión espera que estos hechos sean contextualizados con un enfoque humanitario, teniendo en cuenta la miseria en la que se encuentran miles de migrantes subsaharianos, hacinados al otro lado de nuestras fronteras: “No son invasores, solo son seres humanos que buscan llegar a Europa huyendo de guerras activas (57 en el mundo, 30 en África) y hambrunas, agravadas por las consecuencias de la guerra en Ucrania, la sequía y las plagas provocadas por el cambio climático”, argumentan.



Además, piden a la clase política evitar un uso “partidista y demagógico del complejo desafío de las migraciones, y analizar este drama humanitario desde las claves que nos ofrece la Doctrina Social de la Iglesia”.

En este sentido, recuerdan que la Iglesia, tanto en los foros europeos como internacionales, han demandado implementar nuevas políticas migratorias “que tengan en cuenta la gravedad de la presión migratoria”.

En el caso de España, exponen, “carece de espacios o recursos donde emitir visados en muchos países africanos de donde proceden miles de migrantes susceptibles de solicitar protección internacional. La Iglesia aboga en todos los continentes por contribuir a salvar vidas, acoger y proteger a las personas migradas”, subrayan.

Por último, la Subcomisión Episcopal de Migraciones añaden que “necesitamos una migración ordenada a través de vías legales y seguras, así como fomentar la colaboración al desarrollo con los países que sufren guerras, conflictos y hambrunas. La externalización y militarización de las fronteras por sí solo, no terminará con los problemas y las causas que provocan la movilidad de millones de personas migradas, refugiadas o desplazadas en el mundo. Invitamos, por tanto, a dar pasos de humanización, a analizar y afrontar esta nueva crisis dese la necesidad de protección de todo ser humano y el empeño por establecer con urgencia vías de acceso legales y seguras”.

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