Comunión y Liberación pide que las elecciones sean "una ocasión para recuperar el sentido de la política"

El movimiento eclesial pide que la política no se convierta "nunca en una trinchera, debe ser un lugar de discusión y, cuando sea posible, de acuerdo"

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El próximo 28 de mayo los españoles están convocados a participar en las elecciones municipales y autonómicas que renovarán los parlamentos de varias comunidades. Comunión y Liberación ha comunicado que “es una ocasión de participar significativamente en la construcción de la ciudad común, de la que somos miembros y en la que nos consideramos protagonistas, partiendo de nuestra experiencia de fe que entra en diálogo con todos”.

“Nuestra fe tiene que ver con todos los aspectos de la realidad. La política se refiere al ordenamiento de la sociedad, a la posibilidad de favorecer una vida buena a través de las leyes y la acción de gobierno. La política no es portadora del sentido de la vida, ni da la felicidad, ni salva al mundo, pero acerca o aleja la justicia, promueve o dificulta la libertad. Todo ello nos provoca a realizar un juicio, especialmente ahora que llegan estas convocatorias electorales. No hacerlo significaría incurrir en la reducción de una «Iglesia sin mundo», frente a la que nos advertía Don Giussani”, escriben desde el movimiento.

Según subrayan desde Comunión y Liberación, “nuestra sociedad vive un proceso de cambio cultural acelerado, en el que han caído muchas certezas compartidas, y en el que la tradición cristiana no deja de perder peso e influencia. Es un dato del que debemos sacar consecuencias”.

“La tarea de edificar un mundo más humano, más conforme a los valores que la fe aclara y explicita, no corresponde a los partidos políticos, sino a los sujetos sociales a través del testimonio, la educación y las obras. Por eso, el reclamo más esencial que hacemos a la política es el de generar espacios de libertad real (libertad religiosa, libertad de educación, libertad de iniciativa económica, social y cultural)”, afirman en el comunicado.

El movimiento subraya que “eso no significa indiferencia respecto de las agendas políticas o las leyes. En cada momento, habrá que valorar qué fórmula política ofrece mejores garantías para preservar ese criterio fundamental y algunos valores esenciales para la convivencia, sabiendo que ese juicio es contingente y que no supone ningún cheque en blanco”.

“Por otra parte, las respuestas políticas siempre serán imperfectas y aproximativas, fruto de acuerdos entre posiciones diferentes. De ahí la necesidad de un gran realismo, porque la política no puede resolver problemas cuya raíz está en el ámbito de la sociedad”, escriben.

Sobre los aspectos más preocupantes que se están produciento en los últimos meses, el movimiento destaca “un cuestionamiento práctico del pacto constitucional mediante la ruptura de grandes consensos y el asalto a las instituciones. Nos preocupa especialmente el intento de control del Poder Judicial”.

“Asistimos a un intento de provocar desde el poder un cambio cultural mediante procesos de ingeniería social a través de la aprobación de leyes radicales y sectarias como las de Eutanasia, Aborto, Memoria histórica, Ley Trans, Educación, así como el intento de redefinir la familia. En todas estas iniciativas se observa una sustitución de la realidad por proyectos ideológicos caracterizados en muchos casos por la demagogia y la superficialidad”, subrayan.

Para Comunión y Liberación, “la política no debe convertirse nunca en una trinchera, debe ser un lugar de discusión y, cuando sea posible, de acuerdo”.

Sintetizando, en el comunicado Comunión y Liberación pide apoyar “una fórmula política (viable) que promueva “revitalizar el Pacto Constitucional, porque protege un estilo de convivencia que se acerca o hace más factible la «amistad cívica». Sabiendo que no es perfecto, no se atisba una alternativa mejor a este marco”. Además, se pide respetar la dignidad de las instituciones “porque eso favorece una convivencia tranquila y previene frente a las arbitrariedades del poder”.

Asimismo, se subraya que “el Estado tiene una importante función al servicio del bien común, pero rechazamos el adoctrinamiento ético y el intervencionismo cultural, especialmente reflejado en algunas leyes recientemente aprobadas. Por el contrario, el Estado debe respetar y valorar a los diversos sujetos sociales”.

Otros puntos fundamentales son “la libertad de los sujetos sociales y la valoración positiva de su aportación al bien común de familias, asociaciones y comunidades religiosas” y “la libertad de educación, derecho fundamental y la mejor garantía para el pluralismo y la convivencia armónica”.

Por último, fundamental es “la valoración de la familia como factor esencial de educación, armonía y estabilidad, y como ámbito privilegiado para cuidar y promover la vida”. Además, piden “cohesión social y la viabilidad de sistema de bienestar, teniendo muy presentes a los más vulnerables: parados de larga duración, inmigrantes, ancianos solos, enfermos terminales y los no nacidos” . El comunicado termina citando al cardenal Ratzinger en su libro 'Fe, verdad, tolerancia': “En el curso de nuestra historia humana no existirá nunca un Estado absolutamente ideal y nunca podrá establecerse un ordenamiento definitivo de la libertad (…) Podremos establecer ordenamientos que serán únicamente relativos (…) pero debemos esforzarnos por llegar a la máxima aproximación a lo que es verdaderamente justo”.

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