Concluyen los cursos de verano de la HOAC: "Reflexión en torno a la defensa del trabajo digno"

En estos cursos se ha seguido desarrollando ese planteamiento centrado en las propuestas y prácticas que se defienden para avanzar hacia el trabajo y la vida digna

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Con el título Soñando el trabajo decente, construyendo prácticas de comunión, la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) ha realizado, del 1 al 7 de agosto, una nueva edición de sus Cursos de Verano, un espacio de profundización, diálogo y convivencia que ha contado con algo más de 200 personas entre militantes y simpatizantes.

Desde hace seis años se viene planteando una reflexión en torno a la defensa del trabajo digno. En estos cursos se ha seguido desarrollando ese planteamiento centrado en las propuestas y prácticas que se defienden para avanzar hacia el trabajo y la vida digna, y la espiritualidad necesaria para llevar adelante el sueño del trabajo decente.



Jornadas de trabajo

Las de reflexión, realizada los días 1 y 2 de agosto, con la ponencia Claves de la espiritualidad y la mística, desde el servicio de consiliarios y animadoras y animadores de la fe de Fernando C. Díaz Abajo, consiliario general de la HOAC. Orar y reflexionar sobre la misión de los consiliarios y animadores de la fe en tanto cuidadores de la experiencia del Espíritu en la vida de las y los militantes.

Las de profundización y diálogo, desarrolladas del 3 al 5 de agosto, sobre Propuestas y prácticas para la vida digna y el trabajo decente. Hemos contado con la ponencia De camino hacia la vida digna, pasando por el trabajo decente de Raúl Flores, coordinador de estudios de Cáritas Española. En el impacto de los empleos informales, la realidad del empleo en los sectores más precarizados, la importancia del trabajo reproductivo y de cuidados. Constatamos que la mejor política social es la que no deja a nadie atrás.

También se ha conocido dos experiencias de economía social y solidaria. Moda re—, con la intervención de su director, Albert Alberich; y Traperos Emaús Huelva, con su coordinador, Javier Rodríguez. Ambos proyectos comparten objetivo: colaborar en la construcción de una sociedad más inclusiva y sostenible, reduciendo el impacto social y medioambiental, dando una segunda oportunidad para objetos y personas.

Por un trabajo decente

En la segunda ponencia de esta jornada de profundización ha intervenido Pino Trejo, militante de la HOAC, que con el título ¡Soñemos el trabajo decente! ha ayudado a dirigir la mirada hacia la realidad del mundo obrero hoy pero con la perspectiva del Reino. De la necesidad de soñar juntos “sueños de fraternidad que mejoran el mundo” y de seguir soñando por un trabajo decente para todos y en todo lugar sin dejarnos atrapar por las tentaciones de “ya está todo dicho, yo por mi cuenta, a ver con qué me sorprenden”. Somos los que no abandonan, los que empeñan la vida por un sueño.

Se celebró la Eucaristía con la comunidad parroquial de la iglesia de San Sebastián, una ocasión para dar gracias por lo vivido en estos cursos y por el 125 aniversario del nacimiento de Guillermo Rovirosa, promotor y primer militante de la HOAC. “La gratitud a Dios es especialmente significativa por su vida de santidad, por haberlo hecho obrero de su mies, y porque en él, Dios nos ha abierto el camino de la misericordia entrañable con el mundo obrero y del trabajo… [Él] nos encarga ser su atalaya, para anunciar con nuestra vida y testimonio que hay otra forma de vivir realmente humana, la que nos coloca en el lado sagradamente humano de la vida capaces de suscitar esperanza”.

Como signo del compromiso comunitario, se ha realizado un gesto público en la plaza de Anaya escenificando situaciones de pobreza, exclusión, desempleo, precariedad y siniestralidad laboral, entre otras. Así como la respuesta a estas realidades, basada en la defensa del trabajo decente, los derechos sociales, o en otra distribución de la riqueza y en el fomento de la economía social y solidaria.

La HOAC llama a “soñar juntos por el trabajo decente” porque los sueños, como señala el Papa Francisco, “tienen la capacidad de ponernos en movimiento, de ponernos en camino” y porque “en este momento no alcanzan el cerebro y las manos, necesitamos también el corazón y la imaginación”. Un sueño que reclama:

? El acceso a un empleo estable y el respeto a la dignidad esencial de toda persona

? La reducción de la jornada laboral para conciliar y rescatar el tiempo creativo de las exigencias de la producción

? La necesidad de potenciar los derechos sociales y los servicios públicos, como derechos humanos inalienables

? El cumplimiento estricto de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y las medidas de inspección y control que eviten la enfermedad y la muerte: El trabajo es para la vida

? La promoción y el impulso de la formación y la cultura obrera de la solidaridad

? Por la creación de espacios de encuentro entre el mundo del trabajo y la Iglesia

? La redistribución de la riqueza a través de un ingreso básico o salario universal

? La cultura del bien común que permite compartir bienes, tiempo, practicar otro consumo y fortalecer la economía del bien común, social y solidaria

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