Conoce el estudio de Javier Viver, el escultor de lo invisible: "Me interesa contar quién es María para mí"

Es el autor de varias imágenes muy populares, como la Virgen de Hakuna o la Bella Pastora de Iesu Communio

Álvaro González

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Sus obras están presentes en parroquias, plazas y hogares de toda España. Y su arte trata de representar lo invisible a través de cosas visibles. El prestigioso imaginero y escultor, Javier Viver, abre las puertas de su estudio a ‘Iglesia al Día’ (lunes a viernes a las 12:00 h en TRECE) para hablar sobre la belleza, las claves de su obra y la representación artística de la Virgen María, en la que él es un auténtico experto.

Javier es autor de varias decenas de imágenes de María, algunas de las cuales han alcanzado gran popularidad en toda España. De su cincel han nacido la Virgen de Hakuna, Nuestra Señora de Alegra, o la emblemática Bella Pastora del Instituto Iesu Communio. “Todas tienen algo muy característico en la forma de tratar las expresiones, la actitud del rostro… Luego cada una es un mundo. A mí me interesa contar quién es María para mí”.

Javier disfruta haciendo la escultura como entiende el cine. A la hora de explicar la expresividad de su arte, se describe muy interesado en mostrar “la huella directa de la naturaleza, con esculturas que tengan un aspecto muy humano”, para que puedan ser signo de devoción, reflejando las actitudes y las pasiones del sujeto. Las imágenes tienen que convertirse en algo sobrenatural, capaz de transportar al espectador a otro espacio, a otro tiempo. Primero crea el contexto y el ambiente, para conectar con la empatía del espectador. Una vez ahí, entra en cuestiones teológicas, pero huyendo de los cánones establecidos y haciendo las cosas a su manera. “La gente puede participar de esa experiencia, incluso descubriendo cosas que yo no he advertido en mi obra”.

También explica que la Virgen tiene un papel fundamental, en relación a la historia del arte y a los orígenes del cristianismo. “María es una de las grandes mujeres. Trabaja como hilandera, pero tiene consigo toda una tradición de narradora”, afirma. Escritos suyos como el Magnificat denotan que tenía una gran cultura y capacidad para contar historias. “La primera comunidad de la Iglesia surge como un fenómeno en el que el arte es la expresión de la propia fe. Los primeros cristianos comenzaron a pintar iconos, creando una tradición que no existía en el pueblo judío.“ Un arte nuevo, del que María fue protagonista, sin ningún lugar a dudas.

El artista madrileño es también impulsor de distintas iniciativas de difusión y formación artística. Una de ellas es ‘Arte Made in Heaven’, nacida y concebida para hacer más accesible al público esculturas y piezas de arte únicas, cuyo balance está siendo muy positivo. Poco antes de la pandemia, se dieron cuenta de que existía una gran demanda de imágenes religiosas que se alejasen de la representación tradicional. Piezas de un corte más contemporáneo, que llamaban mucho la atención del público.

Cada una de las imágenes que esculpen son tratadas con cariño y tienen un carácter único. “La escultura tiene una vida propia en cada una de las casas que la reciben. Suceden cosas de las que no nos enteramos pero que son increíbles”, dice ante las cámaras de TRECE. Historias de conversión, curaciones milagrosas surgidas de la oración y la transformación de corazones. Un arte que brota de sus imágenes y que también pone la belleza al servicio de la fe.

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