Del "no me apetece" a "la experiencia más bonita que pueda existir": ¿Qué opinan los jóvenes de ser padres?

Además de las dificultades económicas, priorizar la carrera profesional o la elevada inversión de tiempo y dinero para criar a un hijo, hace que la fecundidad se retrase

Tiempo de lectura: 3’

La incorporación de la mujer al mercado laboral o la inversión económica y de tiempo que requieren los hijos son algunos de los cambios sociales que se han producido en el mundo Occidental que han retrasado la edad de fecundación, además de las barreras económicas.

Así lo ha explicado en ECCLESIAla profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, Julia Cordero Coma, quien ha matizado que estos cambios no implica que las mujeres no deseen experimentar la maternidad: “Quizás la maternidad no es lo primordial como era, pero sigue habiendo intención. Aunque ha crecido el porcentaje de mujeres que prefieren no tener hijos, sigue siendo un porcentaje residual respecto al total de la población. Por tanto, el problema no es tanto una cuestión cultural. Quizás cuestiones como el deseo de tener un carrera profesional más rica si pueden llevar a un retraso de la fecundidad, pero que necesariamente lleven a no desear tener hijos, no lo sostengo”, ha subrayado.

Por su parte,el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, percibe que detrás de buena parte de estos cambios sociales están los efectos de una cultura dominante en la que el “individualismo, la libertad total o la falta de vínculos” está por encima de la propuesta cultural “que nos hace caer en la cuenta de que los vínculos no disminuyen la libertad, sino que ayudan a vivirla en plenitud”.

Mientras tanto,el vicepresidente de la CEOE, Javier González de Lara, ha hecho referencia a un cambio de mentalidad tras “haber abandonado el concepto nuclear de familia como eje vertebrador, donde la persona es el eje fundamental también desde una visión cristiana. La persona tiene que estar en el centro de las decisiones”.

La voz de los jóvenes

Y mientras tanto los jóvenes consultados por ECCLESIA nos ofrecen su opinión sobre sus deseos de ser padres y madres. Algunos de ellos ya lo son, y sus respuestas son reveladoras.

MARIBEL (38 años): “Me gustaría tener hijos. Tengo una edad avanzada, 38 años, pero tengo esa ilusión que algún día seré mamá. La razón de porque quiero ser mamá es por tener la experiencia de criar a alguien, darle vida, educar y ver como una personita pueda ser feliz, crecer, madurar...”

CARLOS (32 años): “La paternidad ha sido ese pegamento extra a un matrimonio joven como el que tengo con mi mujer Casilda, y la verdad que mi hija Adriana ha sido una bendición”.

SONIA (29 años): “Si llega el día en el que quiero tener hijos, lo haría a conciencia y sabiendo que quiero tenerlos. La situación económica o la conciliación puede ser un contra, pero si los quieres tener todo lo demás va saliendo”.

ANDRÉS (34 años): “Ser padre es lo más grande que existe. Si hay una necesidad que trasciende al resto del ser humano es dejar un legado, saber que uno dejará en la tierra algo tan precioso como una criatura buena, en la cual se vuelquen los valores que uno necesite o desee dejar para la posteridad es siempre lo que marca”.

MARTA (37 años): “La gente madura más tarde, tenemos otros pensamientos, otros intereses, y cuesta pararse a decir... voy a cuidar a alguien y sacrificar una parte de mí para poder criar”.

MARISOL (30 años): “Los primeros años está muy bien pero cuando tienen 20, 30, 40 años no todo es tan bonito ni divertido”.

JESÚS (29 años): “La paternidad es la experiencia más bonita que pueda existir en la vida de una persona. Hay que fomentar la natalidad porque en el día de mañana tenemos que ser un país de más, no de menos”.

FERNANDO (31 años): “Lo que me ha aportado la paternidad es un proceso de maduración, de crecimiento personal ya que es una gran responsabilidad, tener una familia, riqueza a mi pareja y a mi. Nos ha dado muchas certezas y conocimientos sobre valorar otras cosas como el tiempo, el cariño, la familia y el estar cerca de los que más quieres”.

MARÍA JOSÉ (39 años): "No tengo hijos, no los quiero tener en el futuro porque no tengo nada de instinto maternal, no es por economía o incertidumbre laboral. No me apetece".

Relacionados

Religión