Descubre el origen de las más de 5.000 reliquias que recoge la colección de Felipe II en el Escorial

Siendo una de las colecciones más importantes de España, encierra muchas curiosidades que ha desvelado a TRECE un experto en estos objetos de devoción

Carlos De Arteaga

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El Monasterio del Escorial esconde en su interior un gran secreto: una de las colecciones de reliquias más importantes de España y de todo el mundo. Este domingo el programa de TRECE Ecclesia (domingos a las 13h.) ha contado la historia de un reliquiario (conjunto de relicarios, que a su vez albergan varias reliquias) formado en su día por más de 7.000 objetos de devoción, de los que se conservan 5.888.

José Rodríguez es padre agustino de la comunidad del Escorial, que además ha escrito varios libros sobre esta colección de reliquias. “Vinieron desde Colonia, Alemania. Los católicos enviaron todas esas reliquias para protegerlas de los calvinistas” cuenta sobre el viaje que hicieron las personas enviadas por Felipe II para traer a España aquellos objetos religiosos, “atravesando montañas, nieve y frío”.

Para el monarca español, las reliquias llegaron a ser incluso una obsesión, según relata el hermano agustino, ya que Felipe II “las besaba cuando venían de Alemania, y las guardó, en un primer momento en una sala cercana a sus aposentos, a la que iba de vez en cuando a venerarlas”. Los dos relicarios principales se encuentran en la Basílica del Escorial que, tal y como ha confirmado don José, “solo se exponen unas cinco veces al año, y hacen falta mínimo tres personas para abrirlos”.

Sobre la autenticidad de las reliquias, el padre José opina que “si todas fueran falsas sería un culto indebido. A veces se exageran las cosas porque hay alguna reliquia falsa o no documentada, y ya muchos creen que todas son así”. Aunque, eso sí, “no se pueden certificar las reliquias al 100 %, siempre queda un porcentaje de duda”, aclara el religioso.

En este reliquiario hay muchas reliquias, y de muchos tipos. Entre las más curiosas se encuentra un ánfora de las bodas de Caná, el cuerpo de uno de los Santos Inocentes, o un trozo de la Santa Cruz pero, la más especial para José Rodríguez, es una reliquia que él mismo denomina como “viva”: la Sagrada Forma del Escorial, una forma consagrada que sufrió un sacrilegio en Holanda, y que estuvo durante siglos entre el resto de reliquias del monasterio. Carlos II fue el que habilitó un lugar específico para esta reliquia tan especial.

Don José tiene siempre presente una frase del monarca Felipe II cuando le preguntaron por los posibles problemas de autenticidad de las reliquias: “No nos engañarán, pues no perdemos nuestro merecimiento delante de Dios reverenciando a los santos en sus huesos, aunque no sean suyos”.

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