La esperanza de la Virgen en la Resurrección, protagonista en la reflexión del P. Joaquín Hernández en TRECE

La cadena de televisión ofrece la "Meditación de Semana Santa" para invitar a la audiencia a vivir el Triduo Pascual: "Despertad vosotros que dormís, llega la salvación"

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El sacerdote madrileño Joaquín Hernández sigue ofreciendo en TRECE la “Meditación de Semana Santa”, un espacio con el que la cadena invita a la audiencia a vivir este Triduo Pascual de la mejor manera posible.

Joaquín Hernández, con más de 43.000 seguidores en Instagram, promociona “contenido para crecer” a través de vídeos de corta duración con los que acompañar a los más jóvenes, a través de su lenguaje, “en el lugar donde ellos están”.

La reflexión sobre el Sábado Santo

En este tercer día de meditación, el Padre Joaquín nos llama a contemplar lo ocurrido el primer Sábado Santo de la historia y lo que ocurriría justo después, con un final glorioso: “Es como si pudiésemos ver una película sabiendo que al final gana el bueno”, ha reflexionado.

El Viernes Santo es el momento de la crucifixión, en la que Jesús es descendido de la cruz y sepultado. Su cuerpo descansaría hasta una hora que nadie conoció. El cuerpo inerte de Jesús ha sido colocado en el sepulcro cerca del lugar donde fue crucificado: “Llama la atención cómo el lugar donde fue crucificado y luego enterrado forma parte de la misma iglesia en Tierra Santa, llamada del Santo Sepulcro”, precisa el sacerdote en las meditaciones de TRECE.

“Aquel primer Sábado Santo habría silencio tras la barbarie. La Iglesia queda como en suspenso. De hecho, los sábados santos es un día donde en las parroquias de las iglesias hay mucho silencio. El sagrario está vacío, permanece solo una cruz. Cuando en una iglesia el sagrario está vacío se nota, porque no está la presencia, esa acogida y abrazo que Dios te proporciona”.

En este contexto, Joaquín Hernández ha explicado que el Sábado Santo está marcado por dos Misterios que no contemplamos, a diferencia de lo que ocurre en los días previos, con la Última Cena y crucifixión de Jesucristo, que son muy visuales: la esperanza de la Virgen María y el descenso de Cristo a los infiernos.

“Todos pensaban que el fracaso de Jesús era rotundo. Sus apóstoles sienten miedo y no saben dónde esconderse. La esperanza de la Iglesia permanece y se mantiene viva gracias a la Virgen María, porque esperó. Ella sabía que su hijo resucitaría, porque el propio Jesús lo había dicho, y no dudaba de su palabra. Esperaba contra toda esperanza. Por eso los sábados es el día mariano, porque la Iglesia se mantuvo en vela gracias a que María mantuvo su corazón despierto, en espera.

El segundo misterio que contemplamos es el descenso a los infiernos, un hecho que, como subraya el sacerdote, se desconoce cómo se produjo: “Jesús muere como todos los hombres y, por primera vez en la historia desde nuestros primeros padres, se enciende en el infierno una luz y se escucha una palabra de salvación. Brilla una luz y se oye: “Despertad vosotros que dormís, llega la salvación”.

De esta manera, Jesús despierta a todos los que habían muerto antes que Él para devolver la vida a sus almas. Llegan al Cielo: “Jesús anuncia que no hay un lugar en el mundo que no quiera salvar. No estamos solos. Para Jesús no hay tiempo. Algo que pudo ocurrirte hace muchos años para Dios, como no hay tiempo, lo hace presente”, agrega el Padre Joaquín.

Para concluir, el religioso ha reivindicado el valor que tiene para la Iglesia la Vigilia Pascual de esta tarde-noche, cuando se enciende la vela, en espera a la Resurrección de Cristo: “Comienza la celebración con un fuego que se bendice y del que recibe su luz el cirio pascual que nos acompaña durante toda la Pascua. Te invito a que proyectes cómo será tu Vigilia Pascual. Es una celebración por redescubrir. La celebración más importante es la Vigilia Pascual, de la que bebe el cristianismo. Renovaremos toda la historia de la Salvación”, ha comentado en “Meditación de Semana Santa”.

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