Estos son los cinco consejos para vivir "de verdad" el Adviento

El director espiritual del Seminario Metropolitano de Oviedo, Jaime Díaz Pieiga, ofrece una reflexión para no olvidarnos de lo fundamental de este tiempo de espera

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Con varios días de "puente" por delante y las cenas de empresa, "quedadas" con amigos a los que casi nunca se puede ver o viajes de esquí, parece que olvidamos lo principal de estas fechas. La Navidad "es una cita sagrada".

Para no olvidarlo, el director espiritual del Seminario Metropolitano de Oviedo, Jaime Díaz Pieiga, ofrece una reflexión para no olvidarnos de lo fundamental: "La familia que hace un esfuerzo por estar junta, los regalos que se piensan y miran y remiran con cariño y pensando cada detalle, el trabajo que se acumula ante los días de fiesta, la lotería, los festivales de Navidad de los niños y los disfraces correspondientes…" Suma y sigue en unas fechas que llamamos Adviento y que se convierten en una inacabable sucesión de eventos que terminan por desdibujar el sentido último de este tiempo de espera, de preparación, de recordar qué se está celebrando y por qué.

Los cinco consejos

Para facilitar la reflexión, Díaz Pieiga, ofrece cinco consejos para vivir "de verdad" este Adviento:

  1. Vivir este Adviento con la novedad que supondría no haber vivido nunca uno antes; con la frescura y la alegría de la fe que nos permita hacer un silencio interior para acoger lo que estamos celebrando y lo que vamos a celebrar en la Navidad, así como un poco de silencio exterior con tantas cosas que nos vienen a través de los medios de comunicación. Hacer un poco de silencio para fijarse en lo que la Iglesia nos está diciendo estos días, y es que va a nacer el Niño Jesús.

  2. Escucha de la Palabra de Dios. Sería muy bueno que cada uno de los cristianos leyese la Primera Lectura, el Salmo y el Evangelio de cada día puesto que, en la Palabra de Dios, sobre todo en la Primera Lectura, con el profeta Isaías muy protagonista en este tiempo litúrgico, así como todos los profetas, ya que fueron los que alentaron la esperanza del pueblo de Israel en la espera del Mesías.

  3. Es importante celebrar el sacramento de la Penitencia, acercarse a la confesión, puesto que es el sacramento de la alegría. Esto serviría de preparación espiritual: pedir perdón, preparar el corazón, allanar el camino al Señor. Siempre tenemos cosas en nuestro corazón que es necesario purificar, limar, y el sacramento de la Penitencia puede servirnos para estrenar un nuevo corazón en este tiempo.

  4. Signos de esperanza. Podemos intentar agudizar la vista para, desde la fe, ver signos de esperanza que hay en nuestro mundo, que hay muchos, pero es necesario estar muy atento. Y no solo verlos, si no sembrar también signos de esperanza allí donde nos movemos: en nuestro ambiente familiar, con nuestras amistades, en nuestras diversiones, en nuestro ambiente de trabajo, y todo con nuestra palabra, con un gesto de servicio… Esto siempre es esperanza que podemos sembrar en este mundo tan desesperanzado.

  5. Por último, mientras preparamos en nuestras casas el Belén, en el Misterio, a la hora de poner las imágenes sobre todo de la Virgen María y de San José, podemos intentar pensar que ellos fueron los que mejor vivieron el Adviento, porque ellos precisamente estuvieron abiertos a la novedad, escucharon lo que Dios les decía para la misión para la que eran llamados y dispusieron su corazón para acoger el Misterio del Niño Dios hecho hombre y acogerlo con asombro. Puesto que estaban asombrados de lo que sucedía, asombrados de que Dios se hiciese hombre, asombrados de que Dios estuviese con nosotros.


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