La figura de las mujeres en el voluntariado: “Una persona solidaria no se limita al ofrecimiento de ayuda”

El objetivo del voluntariado es mejorar la realidad y transformar el mundo a través del desarrollo de acciones de manera altruista

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El Voluntariado es una expresión de solidaridad que implica compromiso con las necesidades existentes y los objetivos colectivos. El objetivo del voluntariado es mejorar la realidad y transformar el mundo a través del desarrollo de acciones de manera altruista. El altruismo inmerso en una acción social ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Autores como Casado (1999) y Giner y Sarasa (1997) afirman que siempre que existe una comunidad, surgen dentro de ella diversas formas de ayuda mutua entre iguales, pero también donaciones redistributivas a favor de las personas más desfavorecidas.

En España, es en la década de los 90 cuando el voluntariado comienza a tener una mayor visibilidad y un rol específico dentro de los diferentes sectores sociales gracias a la aparición de las ONG y con la promulgación, en 1996, de la Ley General del Voluntariado Social. Este repaso lo analiza la revista Lares.

Convicción de justicia, igualdad y responsabilidad individual

Según explica Rosa San Segundo, vocal de la Plataforma del Voluntariado de España (PVE) “una persona solidaria no se limita al ofrecimiento de ayuda, sino que se implica de forma comprometida con aquel al que intenta ayudar. Para ejercer el voluntariado, una persona debe tener la convicción de justicia, igualdad, responsabilidad individual y empatía hacia otras personas”

Históricamente, y a causa de una educación paternalista y patriarcal, han sido las mujeres quienes han aprehendido estos valores. “Los valores y estereotipos asociados al sistema sexo-género de nuestra sociedad permiten explicar en cierta medida que las mujeres sean más propensas, desde la asunción de su rol tradicional de género, a aportar más tiempo al voluntariado. Este papel de ‘cuidadora’ se sigue perpetuando incluso en la labor altruista. No es tanto una elección personal, sino más bien un rol asignado e interiorizado”, advierte San Segundo.

Combatir los estereotipos de género en el voluntariado

Todavía vivimos en una sociedad que reproduce sesgos y estereotipos de género en todos los ámbitos. En este sentido, “los hombres suelen involucrarse en programas de voluntariado que tienen más visibilidad y prestigio. A partir de esta realidad, creo que es interesante analizar qué tareas concretas acaban asumiendo hombres y mujeres en el marco del mismo programa de voluntariado”, señala Aurora Lonetto, Técnica de la Federación Catalana de Voluntariado Social de Cataluña.

Es un hecho que los hombres participan más en actividades voluntarias de ocio y tiempo libre, medio ambiental o deportivo y las mujeres colaboran más en actividades de cuidados. Para Rosa San Segundo “la tradicional posición subsidiaria de la mujer respecto al varón, más orientado al trabajo remunerado, indica el posible efecto discriminatorio de las situaciones y políticas sociales”.

Para combatir estas desigualdades, Aurora Lonetto lo tiene claro. “De entrada, lo más importante es que las personas responsables de voluntariado en cualquier entidad puedan formarse en género, feminismos e interseccionalidad de manera continuada. De esta manera, aplicarán de forma concreta la perspectiva de género interseccional al programa de voluntariado que coordinan”.

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