Francesc Torralba en la Jornada del Educador Cristiano en León: "Necesitamos recuperar la ilusión por educar"

La diócesis de León organizó el pasado sábado la primera edición de la Jornada del Educador Cristiano, una iniciativa del Área de Enseñanza Religiosa Escolar y Colegios Católicos

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La diócesis de León organizó el pasado sábado la primera edición de la ‘Jornada del Educador Cristiano’, una iniciativa del Área de Enseñanza Religiosa Escolar y Colegios Católicos en colaboración con la Fundación Edelvives que quiso reconocer e impulsar la labor de los docentes que desarrollan su labor educativa desde una perspectiva cristiana, tanto en los ámbitos de la enseñanza pública ordinaria, pública concertada, privada o universitaria. El acto contó con una ponencia central impartida por el filósofo y catedrático Francesc Torralba, que reflexionó sobre el tema “Pasión por educar”.



Torralba inició su intervención explicando que “en los docentes hay cansancio, hay agotamiento incluso. De algún modo a la hora de hablar en la educación lo más fácil sería hablar del desencanto y lo más difícil es recuperar la pasión por educar, el entusiasmo por educar. Lo que necesitamos son razones para recuperar la pasión, la ilusión y el entusiasmo por educar. Esto es imprescindible en el educador”.

Volatilidad legislativa

En referencia a las distintas razones que llevan a los docentes hacia el desencanto indicó que una de ellas es la ‘volatilidad legislativa’. "Vivimos en un país en el que desde la muerte de Franco han habido al menos ocho reformas legislativas referentes a educación. Esto no se ha dado en ningún otro país europeo. ¿Por qué tantas reformas educativas y tanto cambio legislativo? No duran nada las leyes, y hay que verlo con una cierta perspectiva. El buen maestro a pesar de que las leyes sean cambiantes sigue trabajando bien. El mal maestro dependiendo de la ley es todavía peor maestro”.

El elitismo es incompatible con el cristianismo

Durante su ponencia, el catedrático trató el tema planteado por el Papa Francisco sobre la cultura del descarte. “Nuestro objetivo es no descartar a nadie. El Papa habla de la cultura del descarte y la critica enérgicamente. El elitismo es incompatible con el cristianismo, más claro no puede ser. Si yo me siento cristiano es precisamente por este combate contra el elitismo. Ahora no queremos para nada mostrar que la cultura de la integración o la cultura del encuentro es muy difícil, muy arriesgada y tiene costes elevadísimos. Nunca fue fácil integrar al más vulnerable, nunca lo ha sido, pero es una exigencia que emana del Evangelio”.

Por último el filósofo tuvo también palabras para la polarización que se está viviendo en el mundo. “Hay que superar la polarización, lo que observamos también es que es el exterior y el futuro es muy polarizado. Esta palabra se utiliza mucho y no es decir que es un escenario de confrontaciones múltiples o no solo políticos. Lo vemos en Francia, lo vemos en Austria o lo vemos Estados Unidos. Estamos asistiendo a la pérdida del matiz, la pérdida del campo de intersección, la pérdida de la cultura del encuentro. Polarización significa que los dos ámbitos se van distanciando, se van enemistando y van incrementando su odio respectivo y es mucho más difícil encontrar los puntos de encuentro entre los dos y eso es una tendencia que observamos políticamente y socialmente en estos países mencionados anteriormente”.

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