Fundación Caná, de los bajos de la parroquia a ayudar a más de 100 personas con discapacidad

En COPE y en TRECE visitamos esta Fundación que busca la autonomía de las personas con discapacidad intelectual: "Logramos muchos avances"

Redacción Religión

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Ramón tiene 24 años y es epiléptico. Este trastorno neurológico le causó daños cerebrales y su autonomía quedó muy reducida. Sin embargo ahora Ramón solo mira al futuro. Cada mañana él va a la Fundación Caná. Un centro madrileño en el que recibe clases de matemáticas, de lenguaje, de pintura, de informática. Allí también trabajan con él con distintas terapias, por ejemplo cada día realiza sesiones con fisioterapeutas o con logopedas.

Ahora mismo, como nos cuenta Ramón, su ilusión es incorporarse pronto al mercado laboral: “Me gustaría poder cuidar a niños. También me gustan mucho los animales, también me gustaría ser veterinario”. La Fundación Caná atiende a 143 personas como Ramón. Hablamos de beneficiarios que tienen algún tipo de discapacidad. Con ellos realizan todo tipo de actividades.

Además de formación y terapia, cada fin de semana hacen excursiones, salidas y a lo largo del año también llevan a cabo programas de ocio, convivencias o campamentos de verano.

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Fundación Caná, de los bajos de la parroquia a ayudar a más de 100 personas con discapacidad

Fomentar la autonomía

El principal objetivo que busca esta Fundación Caná es fomentar la autonomía de estas personas que tienen algún tipo de discapacidad intelectual. Además como ellos mismos dicen, son como una familia. En Mediodía COPE nos ha atendido Ismael Sola, uno de los educadores de este centro: “La fundación está repartida a lo largo del día. Tenemos un grupo de chicos que realizan distintas terapias. Hacemos distintos talleres como informática o musicoterapia... Fomentamos la autonomía y la calidad de vida. Hay chicos con diferentes niveles y se atiende a cada persona de manera individual atendiendo a sus necesidades”.

Es lo que también subraya la educadora del centro, Rocio Salgado. Atienden a los chicos de manera individual pero también intentando fomentar la importancia del grupo: “Nos centramos en lo que cada uno necesita. Trabajamos de forma global y de forma individual. Se llevan muy bien y tenemos clases conjuntas”.

Ella también explica que la autonomía es siempre el objetivo que buscan y por el que trabajan. Un aspecto que en muchas ocasiones logran y que causa una gran satisfacción: “El avance muchas veces es lento pero conseguimos muchas cosas. También tenemos una actividad que se llama autonomía en la que realizan labores del día a día. A veces nos cuesta ver el avance pero siempre es una alegría personal”.

En esta fundación también están muy concienciados con la búsqueda de empleo y con dar a estas personas un futuro mejor: “Tenemos un programa de formación para el empleo en el que buscamos su acceso. La mayoría de las personas que vienen son de Madrid. Sobre todo vienen por el boca a boca. Nos nutrimos de la gente de la zona y de que nos conocen”.

Además, tal y como nos cuenta Ismael, actúan con las familias para cubrir también sus necesidades: “También trabajamos con las familias. Intentamos darles lo que necesiten. Nos volcamos siempre con ellas porque nos gusta tener ese vínculo”.

Ayuda por parte de la parroquia

Esta labor no sería posible sin la ayuda de la Iglesia. Hablamos de una Fundación que nace de la parroquia que se encuentra junto a ella, la de Santa María de Caná: “La ayuda que tenemos de la parroquia es muy grande. El párroco es el presidente de la fundación y nos apoyan en todos los proyectos que tenemos aquí. Antes la fundación estaba allí en la parroquia y gracias a ella hemos construido este centro. Gracias a la ayuda de Cáritas también podemos becar a jóvenes”.

Rocio Salgado nos cuenta también en Ecclesia al Día esa estrecha colaboración que mantienen en la parroquia donde nacieron como fundación: “La Fundación antes era una asociación de padres. Estábamos en los bajos de la parroquia y nos apañábamos con los recursos que nos daban. Hace dos años nos entregaron este gran edificio que está completamente adaptado. La parroquia nos ha ayudado bastante y agradecemos bastante su ayuda”.

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