El mensaje de esta influencer tras la muerte de su madre que dejó una huella imborrable entre sus seguidores

La influencer ha llevado pese a su corta edad una vida llena de contratiempos pero que no le ha hecho perder la sonrisa y el optimismo

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Griselda Verduzco es una influencer mexicana que, a través de su canal de YouTube 'Mis Pastelitos', se ha convertido, después de haberse enfrentado a muchos desafíos en su vida, en una referencia del mundo gastronómico a través de sus coloridos y muy buenos postres.

En una entrevista con la revista Inspiras, le preguntaron cuál era su fuente de inspiración, a lo que ella respondió: "Me inspira el hecho de que puedo ser un instrumento que Dios utiliza para traer algo bueno y positivo para todo el mundo". La vida de Griselda es una historia de pura inspiración, como lo demuestra en su “Draw my life”, en la que comparte con dibujos y galletas los eventos más importantes de su vida.

Sus padres se conocieron cuando él escuchó la magnífica voz de una mujer interpretando un canto en el coro de la iglesia. Estaba tan impresionado que quería conocerla y casarse con ella. Tuvieron un hijo, y después de años años intentando tener una niña, llegó Griselda, una chica muy alegre a la que enseguida gustaron mucho los dulces.

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Los primeros problemas para Griselda

Griselda contó en la entrevista que había ganado mucho peso y que muchos de sus compañeros comenzaron a burlarse de ella. Fue un período difícil para Griselda porque aquello le generó problemas de autoestima. Fue en ese momento cuando le pidió ayuda a Dios. Cuando empezó a gustarle un chico, dio un giro en sus hábitos de vida para tener una alimentación saludable. Moderó la ingesta de azúcares y ,sobre todo, empezó a practicar deporte, y logró adelgazar durante el verano.

Después de esta lucha contra la báscula, Griselda recibió otra noticia muy difícil de aceptar, porque a la madre le diagnosticaron la enfermedad del lupus. Estaba muy triste, pero siempre veía a su madre rezar a Dios, y esto también le dio fuerzas a ella. Sus padres siempre se habían preocupado por su hija y su relación con la fe. La llevaban cada domingo a la paroquia, pero Griselda confiesa que no sabía muy bien cómo acercarse a Dios en ese momento.



A los quince años, comenzó a leer la Biblia y se dio cuenta de que no solo tenía que arrepentirse de muchas cosas, sino que también necesitaba a Dios más que nadie. Un día se encerró en su habitación para hablar con Él, la madre la escuchó y se quedó con ella. Rezaron, se abrazaron y lloraron juntas. Desde entonces, la vida de Griselda cambió por completo. Comenzó a involucrarse más en la vida de la Iglesia, ingresando en grupos de jóvenes de la parroquia en las que conoció a Charly, que tiempo después se convirtió en su novio.

Los problemas familiares y su fe en Dios

Sin embargo, otro momento difícil llegó a su vida. Su familia pasó por una crisis económica muy dura, y Griselda comenzó a buscar trabajo para ganar algo de dinero y ayudar a sus padres. No lo conseguía, pero Griselda sabía que Dios estaba con ella.

Ante la falta de empleo, decidió estudiar gastronomía. No sabía hacer postres, pero le gustaba mucho ver a los chefs prepararlos en televisión. Un día, una prima le pasó la receta de algunos brownies, y le salieron tan bien que decidió cocinar otros para venderlos en la universidad. La venta de estos brownies muy pronto se convirtió en su trabajo. Empezó a publicar fotos en las redes sociales, recibió clases de repostería y una tía repostera le ofreció consejos muy útiles. Llena de confianza en Dios, gradualmente comenzó a ver cómo sus clientes crecían, y con el dinero que iba ganando, pudo pagarse las clases.

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Su canal de YouTube y su boda con Charly

Durante aquellos meses su novio Charly le comentó la posibilidad de crear un canal en YouTube y, Griselda, comenzó a publicar sus vídeos. Así nació 'Mis Pastelitos', un canal que pronto comenzó a tener muchos suscriptores. Poco tiempo después, Charly le pidió que se casara con él con una sorpresa, haciéndola encontrar el anillo en uno de sus brownies, y se casaron el 26 de diciembre de 2015. Las malas noticias, sin embargo, llegaron una vez más a la puerta de Griselda: su madre empeoró y la enfermedad afectó sus riñones hasta el punto de obligarla a hacer diálisis.

En esos días difíciles, Griselda comenzó a leer los Salmos de la Biblia y se desahogó con Dios. Fue doloroso, pero por dentro sintió algo que no podía explicar: una gran fuerza para enfrentarse a aquella prueba y se repetía continuamente "el que tiene a Dios no le falta nada”. El 1 de mayo de 2017, su madre murió a los 57 años, pero Griselda tenía fe en las palabras de Jesús "Quien crea en mí, incluso si muere vivirá".

Griselda dijo en la entrevista que todos tenemos una historia de vida con momentos felices y tristes. No podemos controlar lo que nos pasa, pero podemos manejar nuestra forma de reaccionar y, en esto, poder contar con Dios, marca la diferencia. Hay una frase que a Griselda le gusta mucho y que le ha sido muy útil, y que compartió en la entrevista: "No dejaré de intentarlo por miedo al fracaso". Griselda insta a todos sus seguidores a no tener miedo a los errores o al fracaso.

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