La Iglesia, ante la Jornada del Trabajo Decente: “Trabajar no puede considerarse como un castigo"

Este sábado se celebra esta jornada con el objetivo de reivindicar la dignidad laboral como derecho y alertar sobre el aumento de la siniestralidad en los puestos de trabajo

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Este sábado, 7 de octubre, la Iglesia celebra la Jornada del Trabajo Decentecon el objetivo de reivindicar la dignidad laboral como derecho y para lograr el bienestar de la comunidad. Desde la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), han explicado que en este 2023 se hace especial hincapié en la importancia que tiene la seguridad en los lugares de trabajo.

“El trabajo no puede considerarse como un castigo para las personas”, recogen en el comunicado, aludiendo a las palabras del Papa Franciscocuando manifestaba que “el trabajo es lo que hace al hombre semejante a Dios, porque con el trabajo el hombre es un creador, es capaz de crear”.



La HOAC ha denunciado la precaria situación que sufren miles de trabajadores en nuestro país, y que se refleja en los datos crecientes de siniestralidad en los puestos de trabajo. Una lacra social también denunciada en ocasiones por la Iglesia, y que se palpó en el documento 'Un trabajo que cuida', donde muestra su preocupación por “la falta de salud laboral como un problema social que requiere de soluciones colectivas”.

El documento pone el foco en los peligros que entrañan determinados empleos que ocupan mujeres en su mayoría, como el sector de la limpieza, enfermería o cuidados, que implican “cargas esqueleto-musculares, así como los problemas de salud mental que originan estos trabajos planteados exclusivamente desde el punto de vista económico y no desde la perspectiva humana.



Asimismo, el texto alerta que miles de personas siguen en la actualidad sin acceso a trabajo, mientras las condiciones precarias siguen instaladas entre la clase trabajadora, perpetuando la vulnerabilidad.

Por todo ello, la HOAC demanda puestos de trabajo “en el que no sufra nuestra salud”, y exigen” la implantación y el cumplimiento de los medios de prevención de riesgos laborales que defiendan la vida de los trabajadores”.

La Iglesia instauró la Jornada del Trabajo Decente en el año 2015, siguiendo las palabras del Papa Francisco: “No hay peor pobreza material que la que no permite ganarse el pan y priva de la dignidad del trabajo” y el objetivo nº 8 de la agenda 2030 de la ONU: “Trabajo decente como la oportunidad de realizar una actividad productiva que aporta un ingreso justo, seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias”.

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