El juego: la adicción que atrae a los más jóvenes

El juego virtual se ha convertido en la principal causa de ludopatía en los menores de 26 años. El sábado, el programa Ecclesia, ha puesto el foco en la adicción al juego

Clara Fernández

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Las consecuencias que traen las adicciones a la droga, el juego, la pornografía o el alcohol suelen causar daños muy graves a las personas que las sufren, su entorno y también a la propia sociedad. Consciente de ello, la Iglesia, junto a otras muchas instituciones, trabaja en materia de prevención, acompañamiento y apoyo integral de la persona para, como dice el Papa Francisco, devolver la dignidad a quienes han sido privados de ella.

La pandemia del coronavirus ha propiciado nuevos escenarios y desafíos que debemos atender, en especial, entre los jóvenes.

En 2019, la Organización Mundial de la Salud reconoció el ‘trastorno del juego’ como enfermedad mental. Los datos venían siendo preocupantes, pero, además, la pandemia de la COVID-19 ha cambiado los hábitos de consumo, aumentando el uso excesivo de las tecnologías y como consecuencia un mayor número de personas que se ven atrapadas en una espiral difícil de controlar. Según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, correspondientes a 2021, alrededor de 2 millones de personas en España son adictas al juego online. De ellas, más 160 mil son menores de edad. La presencialidad continúa ganando terreno a lo digital. El 74% prefiere acudir a los salones de juego frente al 63% que prefiere el juego en las casas de apuestas.

Pablo Llama Sierra es psicólogo de ‘Proyecto Hombre’ y conoce bien este tipo de adicciones porque ha trabajado con adolescentes y familias. “Nos encontramos ante una diversificación en las adicciones. Cada vez recibimos más demandas de familias y personas que acuden hasta nosotros por una adicción”, ha contado en el programa ‘Ecclesia’.

No todas las personas que juegan acaban con una adicción al juego o una ludopatía, al igual que no todas las personas que beben son alcohólicas y así lo ha argumentado el psicólogo Pablo Llama: “No hay que alarmar, no estamos hablando de que jugar a videojuegos sea una conducta negativa, pero sí hay que tener un control para evitar que se genere una adicción”. “Con las nuevas generaciones tengo la sensación de que al final tenemos que preparar a los jóvenes para tener un pensamiento crítico, que sepan lo que es bueno de lo malo.

Hay que trabajar con ellos lo emocional y la empatía”, ha recalcado el profesional en ‘Ecclesia’. Desde ‘Proyecto Hombre’ alertan, como ha dicho el doctor que “la adicción es una respuesta para sentirse mejor ante un problema que hay detrás”. Es un indicador de depresión, ansiedad y otras causas, por eso, es importante no esperar a la hora de buscar ayuda, no pasa nada por reconocer que se necesita de un profesional y hay que hacerlo cuanto antes”.

Nacho es uno de esos ejemplos de persona adicta al juego, con nombre y apellidos y con una historia de vida de lucha constante. Tiene 65 años, entró a formar parte de ‘Jugadores Anónimos’ en el año 2.000. Se trata de un espacio donde se reúnen personas con el mismo problema para ayudarse entre ellas y muchas veces lo hacen en parroquias. Nacho ha contado a Irene Pozo que, aunque lleva 14 años sin jugar, continúa en terapia por el miedo a volver a caer y así lo ha contado a TRECE. “Me encontraba en una espiral de la que no podía salir. Gracias a conocer gente que estaba como yo, mi vida cambió”.

Pero ante la adicción siempre hay que tener esperanza, así lo ha dicho Nacho y así es, y Andrés Sierra es una muestra de ello. Tiene 61 años y ha sido adicto al juego durante 30. En la actualidad es monitor en ASEJER, Asociación Sevillana de Jugadores de Azar en Rehabiltación, lugar clave para su propia recuperación y es que como él mismo ha recordado, aunque ya está curado, “la adicción es una enfermedad crónica, pero se puede salir”, ha recordado Andrés.

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