"Las sardinas se las han comido los presos": La entrañable conversación de Florencio Roselló con el Papa

El director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal participó en el programa Iglesia al Día de TRECE para explicar su encuentro con el Santo Padre

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Más de 700 presos en España de una veintena de prisiones han aportado sus conclusiones al documento final del proceso sinodal. “Han expresado lo que ellos piensan de la Iglesia, de lo que esperan de la Iglesia y evidentemente también de la sociedad”. Así lo ha explicado en el programa Iglesia al Día de TRECE, Florencio Roselló, director del Departamento de Pastoral Penitenciaria de la Conferencia Episcopal.

Uno de los objetivos del sínodo es dar voz a los excluidos. Entre ellos están las personas privadas de libertad. ¡Es nuestro tiempo!, y también ¡nuestra oportunidad!.¡Los presos también son sinodales! “Debemos llegar personalmente a las periferias, a los que han abandonado la Iglesia…a los que experimentan pobreza o marginación, a los refugiados, a los excluidos a los que no tienen voz".


Una lata de sardinas

El mercedario explicó que en la audiencia del miércoles 18 de mayo pudo saludar al Papa Francisco, y además, entregarle “un regalo” de los presos de una cárcel de Castellón. “El Santo Padre nos recibió con motivo de nuestro Capítulo General. Yo sé que él es muy amante de la ecología, del reciclaje y tuve la oportunidad de entregarle una barca realizada con materiales de desecho de la propia prisión, que los presos utilizan también para para hacer con objetos como con este. No una barca muy sencilla pero también muy significativa. Es una manera de expresar que «todos somos reciclables». A veces llegan allí como material de desecho y desde la Iglesia tratamos de convertirlo en algo positivo, en algo bueno”.

"Se las han comido los presos"

Roselló explicó que para el Papa fue toda una “sorpresa” ya que la barca “una lata de sardinas, y él espontáneamente dice bueno, ¿y dónde están las sardinas?”. El diálogo fue muy cercano: “Yo le dije que se las habían comido los presos, entonces, él se sonrió, bromeamos un poco y yo le expliqué los materiales que ellos mismos han conseguido y transformado”.

Un encuentro que a los presos “les ha llenado de orgullo” y que han demostrado poniendo la fotografía en su módulo de la prisión”. “Ellos están acostumbrados a no contar, a que no se les tenga en cuenta. Que el Papa tenga algo elaborado por ellos les llena de gozo. Además, me pidió que saludara a todos los presos de España y que. Y que rezasen también por él”.


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