Luis Marín lamenta quien siembra odio en nombre de Dios: "Es un escándalo y produce una inmensa tristeza"

El subsecretario de la Secretaría del Sínodo ha enviado un mensaje al equipo sinodal de la CEE en la presentación del texto síntesis: "Humildad, disponibilidad y entusiasmo"

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Luis Marín, subsecretario de la Secretaría del Sínodo, ha enviado un mensaje al equipo sinodal de la CEE que ha presentado el texto síntesis con las aportaciones que han enviado las diócesis, movimientos, congregaciones y distintos grupos en relación al documento enviado por la Secretaría del Sínodo el pasado mes de septiembre.

En primer lugar, ha querido dar las gracias por el trabajo realizado y ha recordado como este proceso “se orienta a revitalizar la dimensión sinodal de la Iglesia, presente ya desde sus orígenes, como encontramos en la Sagrada Escritura y en la tradición patristica. Nos lleva a crecer en la comunión y nos estimula el testimonio evangelizador”.

Luis Marín ha indicado tres aspectos muy importantes en este camino sinodal: espiritualidad, comunidad y pluralidad. Sobre el primero, ha subrayado que el Papa Francisco “ha insistido mucho en la presencia del Espíritu Santo. Resulta imprescindible. Que nuestros encuentros y reuniones se realicen en un clima de oración, que haga posible la escucha y el discernimiento, no de nuestras opiniones, por importantes que sean, sino de la voz del Espiritu que se expresa en la comunión”.



Sobre la comunidad, ha recordado que “debemos recuperar la fraternidad cristiana […] el insulto, la agresividad y el desprecio atentan contra la comunión. Sembrar odio en nombre de Dios es un escándalo y produce una inmensa tristeza. Creo sinceramente que la revolución pendiente en la Iglesia es la del amor”.

Por último, sobre la pluralidad, Luis Marín ha remarcado que “hay tantos caminos para seguir a Cristo como personas existen en el mundo”.



La etapa continental, según el subsecretario de la Secretaría del Sínodo, “nos ofrece la oportunidad de profundizar en las características de cada continente, que tiene un desarrollo propio. Y, al mismo tiempo, nos abre al enriquecimiento mutuo, a la interacción” y ha recordado además que el documento de trabajo del Sínodo “no es un texto magisterial, ni siquiera una síntesis completa, en él no se toman decisiones. Es una restitución de las voces que hemos recibido”.

Saludando a los miembros del equipo sinodal de la CEE ha pedido seguir adelante “en este camino de esperanza. Y lo hacemos con humildad, disponibilidad y entusiasmo. Procurando ser cauce de la gracia y nunca obstáculo”.



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