El obispo Luis Marín de San Martín felicita a la "gran familia agustiniana" en la fiesta de su santo

El prelado español, Secretario del Sínodo de los obispos, ha recordado algunos hitos importantes de la vida de San Agustín: "La verdad es Cristo mismo"

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La Iglesia Universal recuerda hoy a San Agustín de Hipona y Luis Marín de San Martín, Secretario del Sínodo de los obispos, ha aprovechado esta ocasión, para felicitar a toda la familia agustina, de la cual es miembro. “¡Muchas felicidades a todos mis hermanos y hermanas de la gran familia agustiniana!”.

El obispo español, además, ha recordado algunos hitos importantes de la vida del Santo: “Nace y crece en un ambiente plural”, el 13 de noviembre del año 354, en la provincia romana de Tasgaste de Numidia, hoy localidad argelina de Souk-Ahras, ha precisado el secretario del Sínodo de los obispos.



Asimismo, también ha recordado la lucidez intelectual de San Agustín y los dotes como buen estudiante del Santo: "Es el caso, Señor, que no me faltaba ni memoria ni talento, pues tú me habías dotado suficientemente de ellos, de acuerdo con mi edad de entonces", ha recordado citando la alusión que el propio obispo de Hipona hizo de esta primera época de su vida en su libro 'Las Confesiones'.

El texto también recuerda los desvelos que realizó Santa Mónica para la conversión de su hijo. "Sabía bien que asistir insensible a los desvaríos de un hijo que parece no saber dónde hacer pie, es silencio culpable”, ha explicado el obispo español.



También ha recordado la formación académica del santo en Madauda y en la universidad cartaginense: “Es aquí donde se manifestó en él una clara vocación intelectual”. En el texto se hace alusión también a la etapa de docencia del santo obispo de Hipona, en Tagaste, Cartago y en Roma, donde enseñó oratoria durante un año. Finalmente se trasladó a Milán y allí, durante dos años, pudo compaginar la docencia universitaria con un puesto de orador en la corte imperial.

El Secretario del Sínodo de los Obispos ha comentado también el comienzo de la época más significativa de la vida del Santo, un itinerario religioso que empezó con el contacto que tuvo con distintos grupos religiosos desde "la lectura de la Biblia, los consejos de su madre y los sermones de Ambrosio, obispo de Milán, que le llevaron al puerto de la conversión en el año 386”. San Agustín fue bautizado por San Ambrosio en la Catedral de Milán en el año 387.



Luis Marín ha destacado también los 39 años del ministerio sacerdotal de San Agustín, que fueron inaugurados con su ordenación sacerdotal, y cuatro años después, con su consagración episcopal, como obispo auxiliar de Hipona. En el año 397 sucedió a Valerio en esta sede episcopal.

En el texto también se destaca la intensa actividad pastoral de San Agustín, su participación en los Sínodos y en los concilios de la Iglesia en África y su ardiente labor como predicador de la Palabra y como fundador de monasterios así como de sus cartas y “libros que son todavía hoy fuente nutricia para el pensamiento cristiano”.



Luis Marín ha concluido su texto sobre San Agustín con el recuerdo que Benedicto XVI hizo de este santo en la Audiencia General el 30 de enero de 2008: “El itinerario intelectual y espiritual de Agustín representa un modelo de la relación armónica que debe existir entre la fe y la razón. Esta armonía significa, ante todo, que Dios está cerca de todo ser humano, cerca de su corazón y de su razón. Esta presencia misteriosa de Dios puede ser reconocida en el interior del hombre, porque como decía Agustín, con una expresión muy conocida: Nos has hecho, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti… Ante la pregunta, ¿Qué es lo que san Agustín puede decir al hombre de hoy?, se podría contestar con estas palabras de una carta escrita después de su conversión: Me parece que se debe llevar a los hombres a la esperanza de encontrar la verdad; esa verdad que es Cristo mismo”.

La familia agustiniana prolonga el carisma del Obispo de Hipona en la Iglesia. El Papa Urbano IV, en el año 1244, reunió a distintos ermitaños en esta misma orden religiosa y quiso que revitalizaran la regla y la doctrina y la espiritualidad del Santo africano. Actualmente, la institución trabaja en más de 50 países de los cinco continentes, dirigen 8 universidades, más de 450 parroquias y están asociados a las Naciones Unidas como una ONG.

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