Marcos Penas, Guardia Civil y ángel de la guarda de la montaña: "Dios me ayuda para todo"

Marcos Penas Peón es agente de la Guardia Civil especializado en el rescate de montaña, y uno de los protagonistas de la docuserie 'CAEM: La forja del rescate',que refleja la labor del centro de adiestramiento de rescate en montaña de la Benemérita a lo largo de todo un curso lectivo, desde septiembre y hasta el mes de julio.

En el programa 'ECCLESIA', Penas Peón ha ofrecido más detalles del servicio que realizan en zonas de montaña, cuevas o de difícil acceso, del que el agente formó parte durante seis años para luego centrarse en la formación de los futuros miembros del GREIM: “La preparación es de mucho tiempo, sobre todo físicamente, aunque también hay prueba psicológica. El curso consta de tres fases, una buena movilidad en el terreno; resolver problemas que puedan a surgir durante el rescate y la tercera el tema del rescate profesional”, ha explicado.

Los ángeles de la guarda de la montaña

De alguna manera, estos guardia civiles son ángeles de la guarda de la montaña. Un concepto que siempre ha tenido muy presente Marcos Pena por su condición de persona creyente: “Dios, aparte de crear la flora, la fauna y los humanos, crea a los ángeles y yo los he tenido de referentes. He sentido que nuestra labor es como ángeles de la montaña, de auxilio y acompañamiento”, ha confesado.

Asimimo, ha reconocido que cuando se encuentra con los alumnos en un rescate que implique asumir riesgos, de manera interior Penas Peón se dirige a Dios para que les ayude en la operación: “No lo perciben porque es interior. Tratamos de minimizar el riesgo, pero no siempre es posible”, ha precisado.

"Intento rezar por mis compañeros vivos y difuntos diariamente”

A lo largo de estos años, el agente de la Benemérita ha desafiado a la muerte en varias ocasiones. Tal vez el momento más crítico tuvo lugar en 2008, cuando una avalancha casi se lo lleva por delante: “Cuando me coge empiezo a perder la luz, me recordé a mi mismo las estadísticas de supervivientes de una avalancha, y pensé que estaba más muerto que vivo”.

Pero el rescatador salió adelante, aunque su labor implique tener en vilo a toda su familia: “A mi mujer le tengo dicho que sabe lo que es nuestra profesión, no solo la de rescate de montaña, sino de Guardia Civil. Es evidente”, ha relatado.

A lo largo de sus años como rescatador en la montaña, once compañeros fallecieron en acto de servicio, entre ellos amigos personales. Por ellos reza cada día: “Recuerdo el rescate de los compañeros de helicóptero que se cayó en León, y el socorrista fallece. Era amigo personal y fui a su funeral porque desde la fe quería estar en la Misa y rezar por él. Es un momento intenso que vivo con generosidad porque para mí no es un adiós definitivo. La fe ayuda mucho en eso. Yo intento rezar por vivos y difuntos de la Guardia Civil diariamente”.

"Dios me acompaña y me ayuda para todo"

Otro momento crítico de los rescatadores de montaña es tener que anunciar a los familiares el fallecimiento de un ser querido. El centro de adiestramiento incluye formación de cómo afrontar este trance: “Yo lo hago de manera aséptica. Yo no sé las creencias de las personas que vienen y no pongo la fe de frente”, ha puntualizado.

Por ello, Marcos Penas hace hincapié en el momento de recibir a la familia y escucharla: “Les preparas un entorno para que tengan intimidad, e intentamos que nos reciban varias personas para que haya un entorno familiar en el que se arropen entre ellos”, ha añadido.

Lo que tiene más claro el agente es que Dios está muy presente en su labor “desde que comienza y hasta que termina la actividad de rescate”.

“No concibo la vida sin fe, a todos se lo recomendaría, que vivan la experiencia. Yo la recibí de mi madre desde niño y es una aventura apasionante. Es para vivirlo. A mi me acompaña y me ayuda para todo y en mi profesión más”, ha afirmado en 'ECCLESIA'.