Maru Megina, presidenta de HOAC: "Queremos hacer ver que es posible construir otra sociedad y otra economía"

Este domingo, 5 de junio, se celebra el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar. Un día para destacar "el papel fundamental que tiene el laicado en la misión evangelizadora"

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“Sigamos construyendo juntos. El Espíritu Santo nos necesita” es el lema y la invitación de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida para el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar que la Iglesia celebra el día de Pentecostés. Un día, como recuerdan los obispos de esta Comisión en su mensaje, para destacar “el papel fundamental que tiene el laicado en la corresponsabilidad eclesial y en la misión evangelizadora, junto con los pastores y la Vida Consagrada”.

ECCLESIA ha podido hablar con Maru Megina, presidenta de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) sobre el significado de este día y cómo la Hermandad Obrera ha participado en la fase diocesana del Sínodo que concluirá en España el próximo 11 de junio con la Asamblea Final.



1 – Este domingo celebramos el Día de la Acción Católica y Apostolado Seglar y los obispos han destacado “el papel fundamental que tiene el laicado en la corresponsabilidad eclesial y en la misión evangelizadora”, ¿cómo ha participado la HOAC en la fase diocesana del camino sinodal propuesto por el Papa Francisco?

La HOAC ha vivido este Sínodo como una gran oportunidad para la Iglesia y también para la Acción Católica, como movimiento que somos. Antes de todo quisimos hacer una reflexión que nos ayudara a situarnos dónde teníamos que estar y cómo teníamos que afrontar esta oportunidad. En esa reflexión llegamos a la conclusión que lo principal era abrirnos, estar a la escucha y, en el trabajo que teníamos que ir haciendo, encontrar la expresión que fuera reflejo de lo que nos une.

Era una oportunidad para cuidarnos, crear, proponer, generar alternativa, ser ofrenda. Después la participación ha sido en las distintas diócesis en la que hay militantes, y allí hemos ido participando en el proceso sinodal: a título personal en las parroquias y también en algunas instancias organizativas.

También ha habido una participación a nivel institucional: hemos hecho una aportación en la que hemos reflexionado sobre este Sínodo para dar pasos hacia una Iglesia más abierta a la realidad del mundo, el mundo empobrecido, más presente en las periferias y allí nosotros es donde tenemos que aportar.

Nuestra manera de ser Acción Católica en la Pastoral Obrera, por el hecho de ser un movimiento que forma militantes, fundamentalmente vivimos de manera sinodal. Vamos avanzando en participación y en corresponsabilidad y creemos que eso también es una experiencia que humildemente podemos ir aportando en este camino que se abre a toda la Iglesia.

2 – En este día, que coincide además con Pentecostés, ¿qué celebramos junto con toda la Iglesia?

En el día de Pentecostés celebramos que el Espíritu Santo se nos presenta como manera de hacer presente al Resucitado en nuestras vidas. Es un momento en el que realmente el Espíritu se hace presente a todos: en la Iglesia para anunciar la Buena Noticia a los pobres, al mundo en general en tantas realidades para llevar adelante el Reino de Dios.

Creo que el Espíritu lo que nos hace en esta fecha es descubrir esos signos del Reino de Dios que se hacen presentes en medio de la vida, signos de misericordia y de compasión.

3 – El pasado 23 de mayo en Murcia se produjo un primer encuentro de diálogo entre la Iglesia diocesana y el mundo obrero. ¿Cómo ayuda la HOAC a personas que no pueden disponer de un trabajo digno a causa de la precariedad, los salarios injustos y las malas condiciones de trabajo?

Nosotros somos un movimiento de Acción Católica para la Pastoral Obrera y los militantes de la HOAC vivimos nuestro compromiso, resultado de esa formación y de esa espiritualidad que nos lleva a hacernos carne y a vivir con el mundo obrero empobrecido.

Cuando estamos en el trabajo, en el barrio, en el sindicato, en el AMPA, en las asociaciones de vecinos, intentamos estar presentes con cuatro claves que definen lo que hacemos: acompañar la vida de las personas empobrecidas, estar a su lado en los momentos buenos y en los momentos de angustia, acompañando, ayudando de manera solidaria, haciendo comunión con ellos; colaborar a un cambio de mentalidad, construir un espíritu critico, hacerlos protagonistas de su vida y de su lucha; a nivel institucional intentando cambiarlas desde dentro y hacer que estén al servicio del bien común; y también haciendo ver que hay otra economía posible, otra sociedad que es posible construir. Esa es nuestra manera de hacer camino y hacernos presente en esa realidad.

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