Mons. Luis Argüello condena el daño hecho a Anna, Olivia y a su madre: "Frente al mal son necesarias medidas"

Las noticias que se van conociendo sobre la manera en la que presuntamente Tomás Gimeno acabó con la vida de sus dos hijas, hacen que la sociedad española esté sobrecogida

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Las noticias que se van conociendo sobre la manera en la que presuntamente Tomás Gimeno acabó con la vida de sus dos hijas, Anna y Olivia, hacen que la sociedad española cada vez esté más sobrecogida. Todo parece indicar que el padre de las criaturas las asesinó en su casa de Igueste de Candelaria el pasado 27 de abril por la tarde, horas antes de tirarlas al mar con el ancla de su embarcación, en la costa de Santa Cruz de Tenerife.

Así se desprende del auto redactado por la magistrada titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción nº 3 de Güímar. En él, la jueza señala que Tomás dio muerte a sus hijas "de forma planifica y premeditada, y ello con el fin de provocar un inhumano dolor a su expareja, a la que de forma deliberada buscó dejar en la incertidumbre acerca del destino que habían sufrido sus hijas al ocultar sus cuerpos, tras darle muerte, en el fondo del mar, eligiendo lugares alejados de la costa y profundos, donde pensaba que nunca serían encontradas, todo ello, tras anunciar, tanto a su expareja como a su entorno cercano, que se iba con las niñas y que no las volvería a ver".

Como decimos, la sociedad ha quedado estremecida por este nuevo caso de violencia vicaria, similar al ocurrido en 2011 con las hijas de José Bretón, entre otros. Para la Iglesia en España tampoco ha podido pasar desapercibido estos crímenes, y ha trasladado todo su amor a las pequeñas y a su madre, Beatriz.

El obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, en nombre de toda la Diócesis Nivariense, hizo pública este viernes una carta ante el hallazgo del cadáver de la pequeña Olivia en las profundidades del mar. Con el encabezado "¡Cuánto dolor ante este crimen!" el prelado confesaba: "Desde la noticia que nos golpeó en la tarde de ayer al encontrar el cuerpo de Olivia, una de las hijas de Beatriz, no hemos podido contener los lamentos y llantos de amargura; Beatriz, la madre, pero también hoy todos lloramos a su hija".

En la misiva, el titular de la diócesis de Tenerife manifestaba que "el crimen que nos ha conmovido hace necesario redoblar el trabajo para erradicar la violencia, la lucha contra esa violencia doblemente atroz, si cabe, como es la violencia vicaria".

También este domingo el Secretario General de la Conferencia Episcopal Española, Mons. Luis Argüello, ha hecho uso de su cuenta de Twitter para condenar los hechos y lamentar que este tipo de episodio forman parte, por desgracia, de nuestra realidad cotidiana. Por ello, el también obispo auxiliar de Valladolid ha reclamado en su tuit medidas para evitar el mal. Además, ha precisado que “en la Cruz encontramos llanto, luz y esperanza para vivir y luchar”.




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