Ocho seminaristas de Valencia parten con Verano Misión a la selva amazónica: "Es un regalo de la providencia"

El grupo visitará la parroquia regida en Lima por el sacerdote valenciano César Buendía, que atiende a más de 100.000 personas

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Un total de ocho seminaristas de la archidiócesis de Valencia y el delegado diocesano de Misiones, Arturo Javier García, partirán este sábado 24 de julio al Vicariato Apostólico de Requena, en la selva amazónica peruana, dentro de la iniciativa “Verano Misión”.

Este año “Verano Misión” llegará, por vez primera desde que se organiza, al Vicariato Apostólico de Requena al que la Archidiócesis de Valencia presta colaboración misionera desde hace cuatro años y cuyo titular es el obispo valenciano monseñor Juan Oliver.

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La parroquia atiende a más de 100.000 personas

En anteriores ediciones, los voluntarios colaboraron en varios colegios en la capital peruana, Lima, pero en esta ocasión el grupo, formado por 8 seminaristas y un sacerdote, prestará su ayuda en tres misiones del Vicariato de Requena: en la parroquia San José Obrero, en el pueblo de Jenaro Herrera, donde relevarán temporalmente a los franciscanos; en Orellana, donde acudirán dos seminaristas; y en Flor de Punga, pueblo al que irán otros tres seminaristas.

Además, en su estancia en Perú, el grupo visitará la parroquia regida en Lima por el sacerdote valenciano César Buendía, que atiende a más de 100.000 personas, y algunas aldeas del Vicariato de Requena a las que accederán en canoa, ya que es el único medio.



"Verano Misión", organizado por la delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia

Por otro lado, tres jóvenes viajarán este domingo a Mozambique: una estudiante de Medicina acudirá a Nacala, con la Obra Misionera de Jesús y María; y otras dos jóvenes ayudarán a las Hermanas de la Caridad, una de ellas ha estado en otras tres ocasiones, siendo una de las creadoras del proyecto Ontupaia, con el que colaboran con las religiosas.

“Verano Misión” está organizado por la delegación de Misiones del Arzobispado que el año pasado no se pudo realizar por la pandemia pero este año “es una alegría y un regalo de la providencia de Dios porque en enero aún no sabíamos si podríamos organizarla y finalmente se hará, con todas las precauciones y con la garantía de que los lugares a los que viajamos son seguros”, ha indicado Arturo J. García, delegado diocesano de Misiones.



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