La receta de las rosquillas de san Isidro tiene un origen religioso: Te invitamos a descubrirlo

Los obradores de la capital ya trabajan a pleno rendimiento con una nueva rosquilla en honor al Año Santo de San Isidro

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La fiesta de San Isidro ha recuperado su esplendor tras dos años de pandemia. Vuelven las colas para recoger agua de la fuente en la ermita del Santo y también vuelven las rosquillas. Esta semana, un equipo del programa 'ECCLESIA' de TRECE se ha desplazado a uno de los obradores de la Comunidad de Madrid para conocer cómo se elabora este tradicional dulce.

La confitería ‘El Riojano’ es la tercera más antigua de la capital. Aquí nos recibe el maestro pastelero, Roberto Martín. Desde los 14 años, Roberto lleva elaborando rosquillas para todo aquel que antes de ir a la pradera pase por Calle Mayor para probar uno de sus deliciosos dulces. “Para estas fechas, la rosquilla ‘lista’ sigue siendo la más demandada porque es la que solo se produce para San Isidro”, afirma Roberto.

Tras dos años de parón, los paladares no han cambiado para los más golosos. Lo que sí han cambiado son los tipos de rosquillas. Con motivo del Año Santo de San Isidro, desde la Asociación de Pasteleros de Madrid, han creado una nueva rosquilla. “Lleva la misma base que la tonta, una base de anís, un chorro de chinchón, pero a estas las hemos bañado en chocolate. Esperemos que a la gente le guste como nos ha gustado a nosotros”, cuenta Roberto.

Como en toda tradición, las rosquillas también tienen su origen religioso a. En este caso, se cuenta que sería la ‘Tía Javiera’, un personaje que no sabemos si llegó a existir, quien iba vendiendo las rosquillas por la pradera de San Isidro. La receta, que se parece mucho a las que ahora conocemos como rosquillas de ‘Santa Clara’, tuvo muchos imitadores.


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