La reflexión de Elena Postigo sobre el aborto: "Demuestra la incapacidad para valorar la vida"

La profesora de Bioética advierte que incorporar el aborto como derecho fundamental menguarían las ayudas a mujeres que quieren sacar su embarazo adelante

Tiempo de lectura: 2’

“Contra la cultura de la muerte, más cultura de la vida desde el ámbito educativo, asistencial, jurídico, político y de la la sociedad en su conjunto para promover acciones que vayan a reducir el daño y revertir estas políticas”. Con estas palabras ha mostrado su rechazo Elena Postigo la resolución del Parlamento Europeo por el que insta a los estasdos miembro reconocer el aborto como derecho fundamental.

En 'ECCLESIA al día', la profesora de Bioética en la Universidad Francisco de Vitoria ha aseverado que la resolución establece que “no se le dará ayudas a las madres que deseen sacar el embarazo adelante”, y recuerda que el concepto del derecho a abortar no existe, al igual que no está incluido el derecho a matar: “Hay un principio ético fundamental que es no dañar, y eso incluye la opción más radical que es no matar”, ha señalado.

"Vulnera la dignidad intrínseca del no nacido"

A juicio de Postigo, reconocer el aborto como derecho fundamental implica al no nacido, al “vulnerar su dignidad intrínseca que en este momento se ve amenazada”, poniendo el acento en la discriminación que supone “para el no nacido con discapacidad”.

Para la profesora de Bioética, también tiene implicaciones para las madres que desean ayuda, por lo que se corre el riesgo de que reconocer el aborto como derecho fundamental suponga “que no se den tantas ayudar a la mujer que quiera sacar adelante su embarazo, sino que sobre todo se apunte a la mujer que quiere abortar”, ha advertido.

video

Pablo Siegrist, sobre la resolución europea del aborto: Genera presión política y confusión

La objeción de conciencia entre los médicos, cada vez más difícil

Además del no nacido y de la mujer, Elena Postigo pone el foco en la difícil situación en la que quedan los profesionales sanitarios que se acojan a la objeción de conciencia, y que cada vez lo tendrán más difícil: “Si se reconociera el derecho de la mujer (a abortar), el médico estaría obligado. Hay presiones en algunos países para que esto sea así”.

La profesora de Bioética en la Universidad Francisco de Vitoria ha alertado que esta resolución constituye un paso más hacia la pérdida del valor de la vida humana, que está siendo gradual en las últimas décadas. Prueba de ello son las legislaciones aprobadas en países como España en los últimos años, como regular la práctica de la eutanasia o ampliar los derechos a interrumpir voluntariamente el embarazo.

“Es consecuencia de un proceso natural, filosófico, intelectual y cultural que nos lleva a una pérdida del valor de la vida humana por dos razones: la desaparión de Dios del horizonte humano y a una incapacidad para valorar la grandeza de toda vida humana”, ha sostenido.

Frente a este acelerador europeo en favor de la cultura de la muerte, Postigo defiende la existencia de “instituciones que están promoviendo intelectualmente un cambio en las generaciones que vienen”, ha asegurado.

Religión