El testimonio de Carolina, una joven en el festival de la Juventud de Medjugorje

Carolina cuenta su testimonio y experiencia en el festival de la juventud que se ha celebrado en Medjugorje este agosto de 2019

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Carolina ha viajado este mes de agosto a Bosnia y Herzegovina. Concretamente a un desconocido lugar, sin ningún atractivo turístico más allá de una pequeña parroquia, llamada de Medjugorje. Esta localidad no tiene nada aparentemente interesante, pero miles de jóvenes de todo el mundo se han reunido, como Carolina, en este lugar. ¿Por qué? Porque se dice que se aparece la Virgen María.

Carolina es estudiante y tiene 20 años. Al volver de este viaje, -el festival de la juventud que se celebra cada año- ha escrito su experiencia para el portal Jóvenes Católicos. Te dejamos el texto íntegro aquí:

"Soy Carolina, tengo 20 años y he estado del 1 al 7 de agosto de 2019 en Medjugorje. Sinceramente no iba con las expectativas muy altas, me apetecía el viaje porque me lo imaginaba como una “mini” JMJ, pero tampoco esperaba sentir cambios a mi vuelta a España.

La Virgen nos había llamado a cada uno

Nada más llegar nos dijeron algo que me llegó al corazón y que me repetía todos los días en mi cabeza y durante la oración, y es que la Virgen nos había llamado a cada uno de los que estábamos ahí a estar exactamente dónde estábamos, y con las personas con las que estábamos. A veces cuesta creerse esto, pero a lo largo de los días te das cuenta de que es totalmente cierto y de que todo lo que pasa es gracias a la Virgen.

Además, nos insistieron mucho en que Medjugorje es una “Escuela de amor” en la que aprendes a amar a los demás y a amarte a ti con el Amor de María. Durante estos días hemos ido limándonos el corazón, nos hemos ido quitando las máscaras que nos impiden amar de verdad y poco a poco hemos ido aprendiendo a mirar con los ojos de Jesús y de María, unos ojos llenos de ternura y sinceridad.

He aprendido a abrir de verdad el corazón

Han sido días intensos, en los que hemos escuchado muchos testimonios de conversiones y de milagros que hacen replantearte muchas cosas de tu vida y que te ayudan a saber dejar tu vida en manos de Dios y a confiar plenamente. Yo, personalmente, he aprendido a abrir de verdad el corazón, a escuchar y a intentar no interponer a la voluntad de Dios mi voluntad. También hemos vivido la comunión de toda la iglesia, gente de todos los países y de todas las edades unidos en la oración, en la eucaristía, en las adoraciones, en los cantos… lo cual nos anima mucho sobre todo a los jóvenes porque vemos que no estamos solos como a veces podría parecer en nuestro día a día.

Por otro lado, he experimentado la fuerza que tiene el rezo del Rosario, sobre todo a la hora de abrir el corazón a la Virgen, así como la gracia que nos da el sacramento de la confesión cuando se acude a él con verdadero arrepentimiento.

Estar en Medjugorje ha sido como estar en el cielo durante 7 días, en los que he sentido más que nunca la cercanía y el amor de la Virgen María y la tranquilidad del alma que todo el mundo querría tener siempre. Sin embargo, no podemos olvidar que Medjugorje es solo el inicio del camino y que allá donde vayamos tenemos que llevar los frutos de la gracia recibida. Tenemos que ser testigos del amor de María en el mundo y ser los rayos de luz que desprende Jesús desde la custodia en el Santísimo Sacramento del Altar para iluminar y guiar nuestras vidas y las de los demás."

“Si supieras cuánto te amo, llorarías de alegría”

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