El trabajo de Alejandro Díaz, misionero en la India: "Calcuta sigue siendo un foco de mucha pobreza"

El sacerdote diocesano de Segorbe-Castellón ha hablado con Fernando de Haro sobre su trabajo en el país asiático donde se encuentra desde el año 2017

Tiempo de lectura: 3’

Alejandro Díaz acompaña a las Misioneras de la Caridad de Calcuta desde el año 2017. Este sacerdote diocesano de Segorbe-Castellón ha pasado por el programa 'La Tarde' de Fernando de Haro y Pilar Cisneros para contar cómo es la ayuda que presta en India, donde se encuentra, y cuál es la situación que vive actualmente. Ahora mismo Alejandro se encuentra en Bangladesh para ayudar en varias clases de formación y va a estar en el país dos semanas.

En algunas partes de la India aquellos que se convierten al cristianismo son de las capas más bajas del sistema de castas. Son discriminados, no reciben ayudas sociales. La vida no es fácil para los cristianos en la India. ¿En Calcuta sucede lo mismo? “La verdad que dentro de los diferentes estados de la India, Calcuta es un poco una excepción. Es un estado donde hay una gran parte musulmana, también evidentemente hindú y hay una buena convivencia con las otras minorías religiosas. No pasa lo que sucede en otros estados donde hay más una mentalidad fundamentalista”.



¿Por qué se ha marchado a Calcuta Alejandro?: “Hay seguramente una parte vocacional porque desde mucho tiempo quería darme a los demás en la misión. Es verdad que el sacerdocio en España también es darse a los demás, pero aquí hay ese plus de irte a un lugar desconocido”.

En Calcuta, desde ya varios años ha habido cambios en varios ámbitos de la vida pública, sobre todo en lo que se refiere a la atención médica donde se ha vivido un cierto desarrollo. En todo caso, “Calcuta sigue siendo un foco de mucha pobreza, de gente que muere en la calle, gente que le falta los mínimos. Al mismo tiempo, es verdad que ya no hay una gran cantidad de moribundos por la calle”.



Para Alejandro, ser misionero en el siglo XXI significa tener una “presencia mucho más minoritaria, no tiene tanta potencia detrás. Es un ejemplo del día a día, es estar, tener una presencia desapercibida, servir, anunciar a Jesucristo. Es un servicio cotidiano”. ¿Por qué merece la pena estar en Calcuta? El misionero de la diócesis de Segorbe-Castellón tiene claro que “uno llega al país con mucha ilusión y piensa que puede cambiar muchas cosas, pero poco a poco uno se da cuenta que lo primero que cambia es su corazón y eso es un regalazo. Evidentemente el corazón cambia cuando se conoce a gente y la gran riqueza de la India es efectivamente su gente”.

En la India, las Misioneras de la Caridad hacen un inmenso trabajo de ayuda a los pobres. Alejandro también tiene mucha relación con ellas: “Es la presencia de Madre Teresa en la India, una presencia muy mariana, muy femenina y maternal. Hoy en el mundo tenemos ese punto de orfandad y nos falta esa figura de padres y en el sentido espiritual también necesitamos de una Madre y eso aquí se concreta en el servicio de las religiosas consagradas”.



El trabajo de Alejandro en la India no está exento de dificultades lingüísticas y culturales: “Hay cinco-seis idiomas común y la mayoría de la gente solamente sabe uno o dos como mucho. Pero también es verdad que cuando uno se quiere hacer entender y el otro quiere comprender se encuentran modos en común”.

Sobre su relación con el hinduismo, Alejando subraya que “primero hay que acercarse a las personas y hay siempre dos niveles: el ámbito más religioso y el cultural”. En todo caso, el misionero español cree que hay “una sabiduría religiosa en común con el cristianismo y otras religiones, con lo cual hay puntos en común que permite un diálogo y un acercamiento. Y también hay un sentido de tolerancia”.

Religión