Chile: La policía investiga el incendio de una nueva iglesia en la Araucanía

El gobierno ha anunciado esta semana la prórroga del estado de emergencia en la Macrozona Sur, donde se concentra la mayoría del pueblo mapuche

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La diócesis de Villarrica ha lamentado el incendio a primera hora de ayer miércoles 18 de mayo de la capilla de Nuestra Señora de Fátima de Allipén, comuna de Freire, en la Araucanía. La policía investiga si el fuego, del que alertó un camionero que pasaba por la zona, ha sido provocado.

«Sin saber aún con certeza las causas del siniestro —dice un comunicadode la diócesis—, con la gracia del Señor los alentamos a levantarse de esta dura experiencia y sea ocasión para unirse mucho más como miembros de nuestra Iglesia que está viva, porque Cristo ha resucitado». El vicario general, Andrés A. Maricán, informa de que tanto el párroco como la comunidad están muy afectados, dado que allí se iniciaron en la vida cristiana muchos hermanos, otros consagraron su amor mediante el matrimonio y otros más fueron despedidos para la vida eterna.

«Aquí albergábamos a los adultos mayores que se reunían todos los sábados», confirma el párroco de Freire, Manuel Rojas. «Es una desgracia, pero esperamos con la ayuda de Dios reconstruir todo de nuevo», añade el presbítero.

La diócesis de Villarrica es pequeña. Tiene una extensión de 15.500 kilómetros cuadrados y 442.000 habitantes, un 65% de ellos católicos. Pertenece a la provincia eclesiástica de Concepción y su obispo es Francisco Javier Stegmeier Schmidlin. El prelado, de 59 años y en el cargo desde 2009, dispone para la atención de las 30 parroquias y 610 misiones que hay en la jurisdicción de 47 sacerdotes (32 de ellos diocesanos), 21 diáconos y 153 religiosas y religiosos.

Protesta por la autonomía y resistencia del pueblo mapuche en Santiago

CH01. SANTIAGO (CHILE), 10/10/2021.- Grupos de personas, en su mayoría mapuches, participan en una protesta por la autonomía y resistencia del pueblo mapuche en el marco de la celebración próxima del Día del Encuentro de Dos Mundos hoy, en Santiago (Chile). La manifestación estuvo protagonizada por unas mil personas, muchas de ellas mapuches, quienes marcharon por la Alameda principal de la capital chilena hasta que la policía los dispersó con agua y gases lacrimógenos. EFE/Alberto Valdes

Prórroga del estado de emergencia

Los incendios de iglesias y capillas en la Araucanía han sido numerosos en los últimos años. Se trata, casi siempre, de fuegos provocados con una intencionalidad política y reivindicativa. En 2016, por ejemplo, ardieron en pocos meses hasta ocho iglesias y también el seminario mayor San Fidel. Con esta violencia —dijo entonces el obispo Stegmeier— «se estigmatiza al pueblo mapuche, que es pacífico y quiere convivir en fraternidad». «Si hay injusticias, el camino no es el de la violencia sino sentarse a conversar», añadió. Las quemas, no obstante, continuarían en 2017 y en los años siguientes.

Este nuevo incendio se produce después de que a comienzos de esta semana el gobierno del presidente Gabriel Boric anunciara la prórroga del estado de emergencia en la Macrozona Sur que declaró el presidente Piñera. Esta decisión, que se aplicará mediante decreto presidencial, está siendo causa de división en el gobierno. La ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, ha dicho que «no es la solución» a los problemas de esta región, hogar del pueblo mapuche. Los pueblos originarios, señala, «han sido históricamente rezagados» y tienen mayores problemas que el de la falta de seguridad. «Tienen mucho menos acceso a la educación, a la salud, a una serie de beneficios. Ahí las condiciones de pobreza son mucho mayores, casi el doble que en el resto de la población». Si realmente se quiere «avanzar hacia ser un país con equidad», sostiene Vega, todo esto debe resolverse, y no «centrarse solo en la seguridad». Además, la declaración y sucesivas prórrogas del estado de emergencia, que suponen «coartar un montón de libertades»» y reforzar el apoyo al ejército, no han solucionado nada hasta ahora, pues «en los últimos cuatro años se han más que triplicado los hechos de violencia».

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Informe de 2017 sobre la Araucanía

En 2015 la entonces presidenta de Chile Michelle Bachelet creó una Comisión para que estudiara la situación en la Araucanía y la asesorara en su problemática. Dicha Comisión, estuvo presidida por el obispo de Temuco, monseñor Héctor Vargas (fallecido el pasado mes de marzo con solo 70 años), y presentó sus conclusiones en enero de 2017.

El episcopado chileno se hizo eco de ella en un comunicado de su Comité Permanenteen el que se decía: «La realidad histórica del Pueblo Mapuche, el dramático sufrimiento de las víctimas de la violencia rural —que ha llegado al extremo de quemar viviendas y templos de diversas confesiones cristianas—, y la grave realidad de pobreza en la región, son tres aspectos relevantes que la Comisión invita a abordar. El Informe recoge una realidad de injusticia, postergación y violencia que la Iglesia ha venido denunciando y acompañando a través de años de misión evangelizadora y de servicio en la zona (…)».

Tras llamar al diálogo, porque «la falta de diálogo arriesga más exclusión, pobreza y violencia», los obispos chilenos solicitaban: «Esperamos que el Estado de Chile pueda traducir estas propuestas en decisiones y políticas públicas con la urgencia que se requiere. Estamos ciertos de que la sociedad en su conjunto apoyará este esfuerzo. Por el bien de nuestros pueblos originarios, de quienes han sufrido el despojo y la violencia, y de todos los habitantes de la región, no puede sufrir nuevas dilaciones el camino de encuentro, justicia, reparación y paz en la Araucanía».

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