Consagrada la nueva iglesia de San Gerardo en Haití: una luz de esperanza en medio de tanta oscuridad
Casi 12 años después del terremoto que destruyó la antigua iglesia, el pasado domingo la comunidad cristiana pudo vivir uno de los momentos más emocionantes de los últimos años
Tiempo de lectura: 2’
12 años después del terrible terremoto en Haití, el país sigue viviendo en una crisis que parece no tener fin. En medio de tanta oscuridad, la Iglesia busca encontrar alguna luz y el pasado domingo fue consagrada en Puerto Príncipe la nueva parroquia de San Gerardo Mayela.
El sismo del año 2010 provocó la muerte de más de 300 mil personas y más de 1,5 millones de damnificados, siendo uno de los más devastadores en la historia humana. La isla, ese mismo año, padeció también diversas catástrofes naturales y una epidemia de cólera. La destrucción que siguió afectó a una situación socioeconómica ya muy comprometida, que vio a la población sin servicios y bienes esenciales: agua, electricidad, instalaciones sanitarias.
La nueva parroquia ha sido encargada a la Congregación de los Redentoristas y, según ha informado la Agencia Fides, la construcción de la iglesia duró unos 4 años. La inauguración la presidió el arzobispo de Puerto Príncipe, mons. Max Leroy Mesidor, en un ambiente de celebración, oración y alegría.
Uno de los misioneros en el país, Renold Antoine, relató a la Agencia Fides que el arzobispo fue el primero en entrar en la Iglesia en procesión, seguido de sacerdotes, religiosos, autoridades y fieles. La misma agencia de noticias informa que si bien la iglesia es de gran tamaño, no fue lo “suficientemente grande para acoger a todos los que querían asistir a la celebración”.
Uno de los momentos más emotivos fue durante “el encendido de las velas, la unción del altar con el crisma, la incensación del templo, la primera consagración…todo ello acompañado de los cantos interpretados por el coro de la parroquia”.
El párroco agradeció a Dios y al arzobispo por su atención pastoral a los fieles, arquitectos, ingenieros y obreros que trabajaron para reconstruir la Iglesia. Asimismo, el sacerdote también agradeció a todas las instituciones y personas que decidieron donar algo de dinero para la obra.
